Sabores desaparecidos

Publicado el 28 febrero 2016 por José Alfonso Pérez Martínez

LA NATA GALUPE
Mi madre nos ponía muchas veces, como postre, fresas con nata. Y la nata que le ponía a las fresas era un producto local: la fábrica estaba en Cartagena, mi ciudad. Se trataba de la nata Galupe, la mejor que he probado en mi vida. Cuando un día trajo otra marca me quedé desconsolado. "Tal vez se han acabado, a lo mejor la próxima vez ya haya", pensé. Pero no, nunca volvió a haber nata Galupe. Si me pongo a recordar, aún me viene su sabor, y su textura, a la mente. Tan de mi infancia como el Seat 850 de mi padre, o como las morcillas que mis padres compraban en La Aparecida cuando íbamos a la playa. 
Pegatina de la nata Galupe
EL TWISTER CHOC 
Aún espero que, cualquier día, pase frente a cualquier kiosco y vea a la venta este helado. Era cremoso, llevaba nata, chocolate y vainilla. Sin duda mi helado preferido. No sé porqué diablos dejaron de fabricarlo. 

EL KINDER DÉLICE
Creo que aún se fabrica, pero es cómo los billetes de 500 (o los de 200): no recuerdo la última vez que vi uno. El Kinder Bueno sí, se ve a la venta, pero el Délice es una auténtica rara avis. Y siempre me gustó mucho más que el Bueno. Muchas veces he pensado que bastaba que algo me entusiasmara para que desapareciera de los estantes, a no mucho tardar...