Sabrosas palabras

Publicado el 10 mayo 2011 por Jvilla
Raúl Rentero - La onda expansiva

teleprensa.es


Hacía tiempo que no lanzaba una de estas nuestras explosivas ondas. Tiempo que cunde sin duda, pues por medio hemos tenido la de Fukushima, la de Túnez, Egipto, la de Libia... que por cundir se han cargado hasta a Bin Laden. Que a poco más, me digo, nos encontramos jugando la Liga BBVA en un derby contra el Atlético Marciano. Silencio que no significa, como bien imaginarán, desinterés por los asuntos de este nuestro Málaga, C.F. Tanto ha cambiado la vida que parece increíble, mes y medio después, ver al equipo de Pellegrini cómodamente asentado en la zona templada, que a poco que dure la Liga hasta junio, le colgamos las latas nupciales a las colas de la UEFA. Perdón, Europa League.
En este tiempo ha pasado el Málaga de ser un firme candidato al descenso (si no el más firme) a saltar la banca de las casas de apuestas. Por el camino se ha pisado con el taco las esperanzas de Hércules y Almería, equipos que, juzguen comentarios pasados en este gran archivo que es internet, ya son de segunda (perdone el equipo alicantino la falta de fe en la matemática). ¿Qué ha ocurrido para semejante cambio de situación? ¡Cuántas veces lo dijimos! Una sopita de paciencia a la que los aficionados del Málaga han ido soplando para enfriar. Recordemos los viejos tiempos, ¡dónde han quedado! donde se exigía al jeque y su escudero que dieran el puñetazo en la mesa. Los tiempos, para qué negarlo, donde la cabeza de Pellegrini colgaba de un hilo.
Porque ahora seguramente buena parte de la hinchada blanquiazul, sufrida y sufridora como pocas, no dudará ni un instante sobre la continuidad del técnico chileno. No está de más recordar los empachos de sistema, el aderezo de cancerberos, aquella defensa coladero que hacía los honores del mejor queso gruyere... Seguramente lo único que ha ocurrido es que, con la receta del tiempo y la paciencia, la situación ha caminado hacia el orden lógico de cosas que todo lo guía. Y el orden, el corazón lo decía aunque la realidad negara, era que el Málaga tenía que salvarse por equipo, por presupuesto, por afición y por historia.
No negaremos, en ordo de una falsa modestia, que por momentos dudamos de Pellegrini. ¡Cuántas veces apuramos un chupito suspirando por un perfil Lotina! A tal punto que el propio Pellegrini, fagocitado por la desesperada situación, hizo jugar a su equipo su particular catenaccio a la costasoleña. No era la solución pero no se puede negar la evidencia: por momentos lo pareció.
Queda reservado, como en los mejores restaurantes, este último párrafo de la onda para el revulsivo. Me han comentado en petit comité si había llegado el momento de otorgarle a Baptista el sobrenombre prometido. Lo último que de él recuerdo era verlo con aquello de la (B)estia, tras su empujón de garra en Mestalla. Después de aquello lesión y tentetieso para dar razones a columnistas ventajistas como yo. Sabrosas palabras las que uno se traga con alegría. Bien sabe lo que bien se sufre. Merecido va. Julio, ahí tienes lo prometido. Eres Baptista, the (Best)ia. Dejo el diptongo para el año que viene, cuando toque corneta a rebato por posiciones de UEFA. Perdón, de Europa League.
Y que aproveche.