Sacando a los niños de paseo

Por Eazkoitia
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Desde que llegamos aquí Marina y yo hemos intentado sacarle todo el jugo posible a Glenorchy y alrededores. Hemos intentado hacer todas las excursiones posibles, subir a todas las montañas que se pueden subir sin cuerdas y, básicamente, conocer de primera mano la tierra en la que vivimos.

El hecho de vivir en una casa compartida con el resto de los empleados de Blanket Bay hace que nos encontremos con jovenzuelos y jovenzuelas cuya máxima actividad en sus días libres es ir desde su habitación hasta el lavabo.

Desde nuestro punto de vista no hay ninguna diferencia entre una persona que hace eso y una acelga así que, utilizando toda la simpatía que nos caracteriza, poco a poco vamos convenciendo a nuestros compañeros para que saquen la cabeza de sus teléfonos, tablets, ordenadores y demás cachivaches y se dediquen un poco más a disfrutar de la naturaleza de Glenorchy.

Hay gente que ahorra durante años para pagarse un viaje hasta aquí, no es aceptable que la gente que viene aquí a trabajar se pase el día mirándose los pies.
En fin, cuesta un poco poner a todos estos en marcha, pero una vez en movimiento Nueva Zelanda obra su magia y no hay que esforzarse mucho para que caminen. Siempre hay quejas de que si vamos muy rápido, que si la subida es muy empinada, que si llevamos mucho rato caminando… memeces. Al final vuelven a casa todos contentos, contando los segundos para descargar sus fotos en Facebook e Instagram y dar envidia a sus amiguitos.

La primera excursión que hicimos fue al Mount Alfred, que hay que decir es una de las más duras de la zona, pero los novatillos en esto de subir montañas tienen siempre exceso de confianza y a veces va bien bajarles los humos. Los paisajes, como siempre, de lo mejorcito. Las agujetas, buenas también. Gran novatada.

La segunda excursión la hicimos al Mount Judah, esta ya más tranquilita y con paisajes no tan espectaculares. También les gustó, evidentemente.

Ahora estamos intentando convencerles para hacer el Routeburn Track, la excursión más bonita de la zona y uno de los Great Walks de Nueva Zelanda. Pero hay que ir poco a poco ya que una sobredosis de naturaleza y aire fresco puede sentarles mal a estos ratones de ciudad. Enrique & Marina

English versionTAKING THE KIDS OUT
From the very beginning, Enrique and I tried to make the most of Glenorchy and surroundings. We’ve tried to do as many tracks as possible and climb all the mountains that didn’t require any ropes, just trying to know first hand our new backyard.

Since we like in a shared staff house with other employees of Blanket Bay, we share our lives with people with very different interests and not everyone finds easy to fill  up their free time in Glenorchy.

It’s not always easy to realise that, as long as we’re all living away from home in a new place, we may as well take the chance to know it particularly when working in  the hospitality business. This is the reason why we both encourage all our housemates and colleagues to get out and about in the several mountains that surround Glenorchy.

People saves for years to travel to the place where we live and work. It wouldn’t be fair not to acknowledge the beauty of the area and spend our days on the phone or the computer.
It’s hard to organise days out together since there’s always someone working or too lazy to get up. But once everyone’s more or less keen, New Zealand does its magic and it’s not hard to keep walking. There’s always the odd person complaining about going too fast or too slow or the track being too steep or too long… At the end of the day, everyone gets back home happy and looking forward to post their pictures in Facebook and Instagram and make all their friends jealous. 

The first track chosen was Mount Alfred, which is probably not the best start since it’s not beginners level. But these guys stubbornly wanted to go there so there we went. The views were stunning as always. And the sore legs for the newbies too.

Then, the second time we took it easy and went to Mount Judah, a way easier track with nice but a bit less spectacular views. They loved it anyway.

The next challenge should be the Routeburn Track, the nicest in the area and one of the great walks of New Zealand. However that’s a way longer one and too much nature may cause and overdose of fresh air. Enrique & Marina