"Se respeta que la persona tenga inclinación donde quiera, pero eso no quiere decir, que los que no tienen esa inclinación, tengan que seguir esa norma”, subrayó.
El religioso reiteró que esta situación atenta contra la moral y la sana costumbre de los pueblos.
“No ponemos marginal a una persona que es enferma; no podemos aislarla de la sociedad, pero no podemos aplaudirle que atente contra la moral”.