Fecha de lanzamiento: 24 de octubre de 2019
Edición: Penguin Random House Audio
ISBN: 9788466666664
Idioma: Español
Narrador. Nikki García
Duración: 11 horas y 11 minutos
Sinopsis:
SEGUIR VIVA
Antonia Scott no tiene miedo a nada. Solo a sí misma.
NUNCA FUE
Pero hay alguien más peligroso que ella. Alguien que podría vencerla.
TAN DIFÍCIL
La Loba negra está cada vez más cerca. Y Antonia, por primera vez, está asustada.
Opinión:
Impresión: Irrelevante
Vacilé mucho antes de leer este libro. Reina roja me había gustado, pero sentía que las continuaciones no podían aportar nada nuevo y las diversas reseñas que había leído (ejem, Alhana, ejem) me daban a entender que era un poco más de lo mismo. Finalmente, vi que estaba el audiolibro (el libro anterior ya lo había escuchado) y como el formato me había gustado y no tenía nada por escuchar, decidí darle una oportunidad. He hecho bien en no comprarlo o cogerlo de la biblioteca en físico, pues me he llevado una gran decepción. Quiero que me entendáis, el libro no es malo en absoluto, pero siento que no aporta nada al género.
Sé que las comparaciones son odiosas, pero mientras que el anterior había sido trepidante y la trama te invitaba a seguir leyendo en esta ocasión no he sentido tensión ni nada me empujaba a continuar. En esta ocasión Antonia y Jon van a Málaga para investigar la desaparición de Lola, quien está siendo perseguida por la mafia rusa. El autor nos adentra un poco en este mundillo y nos habla sobre la corrupción, pero dejando eso de lado, no le he visto más interés, me parece un caso normal y corriente. Sabemos dónde está Lola en todo momento y que no es una mujer indefensa, por lo que no temes por su vida.
Por otra parte, la investigación va básicamente sin rumbo, pues Antonia y Jon van de aquí para allá, pero ni el lector puede adivinar su siguiente paso ni van resolviéndolo gracias a la inteligencia. Sí que hay que admitir que hubo un giro que me gustó, pero nada que me mantuviera a la expectativa ni que cambiara de forma radical la novela. Por eso, en general me ha dado muy igual todo lo que les pasara a los personajes, no sentía ningún interés a medida que iba leyendo
En cuanto a los temas, trata bastante bien todo lo relacionado con las mafias, se nota que el autor se ha documentado sobre el tema (cosa que se confirma luego en los agradecimientos). Destacar la escena del contenedor, que me ha parecido muy chunga. Por otra parte la novela intenta tratar temas como el de la adicción de Antonia a las pastillas, hablarnos de la corrupción y plantearnos el debate sobre cuan lícito sería que un Gran Hermano nos controlara, pero todo se queda en la superficie. En concreto, el tema de Antonia y la adicción me ha parecido que estaba muy mal reflejado. Lo hacía mejor Morán en Los muertos no pagan IVA, sin ser una maravilla.
Mi mayor problema con la trama es que me ha resultado irrelevante. Creo que el tercer libro podría empezar tranquilamente en el epílogo de este, pues para la trama general, este caso no aporta nada, más allá de mostrar que la relación entre Jon y Antonia es muy estrecha (no sabéis lo mucho que agradezco que no haya romance). Los últimos capítulos sí tienen cierto peso, pero era un giro previsible que sigue el patrón de otras obras policiales. Además, de nuevo el autor insiste en la necesidad de no revelarle a nadie el final, en un acto que me parece excesivamente vanidoso.
Como en el libro anterior, aquí contamos con varios puntos de vista: el de Jon y Antonia, el de Lola y el de la Loba negra. Además, de tanto en tanto conocemos el punto de vista de personajes aleatorios que van a morir, como para que empatices con ellos, pero es muy forzado y se convierte en relleno. Y vaya, si tuviera que elegir un capítulo como el peor, ese sería el del perro, pues su historia no importa en absoluto. Es más, dejé el capítulo a la mitad y cuando lo retomé, era incapaz de recordar qué pintaba ahí.
Respecto a los personajes, Lola me ha parecido del montón, no siento ningún interés por ella ni por lo que está viviendo. Se intenta crear tensión de forma artificial con lo de la falta de insulina y se intenta dar profundidad a sus decisiones con lo del embarazo, pero ni una cosa ni la otra tienen la menor importancia. A eso hay que sumarle que el autor se marca un Julia, y nos intenta vender que es una mujer muy inteligente y capaz cuando a mí me parece del montón, pues en ningún momento hace nada fuera de lo común.
La Loba negra ha sido una decepción de villana, tampoco es especialmente inteligente y aunque tiene varios momentos de "mira cómo molo", no se la ve realmente como una amenaza ni brilla por su ingenio. Más allá de intentar humanizarla, su punto de vista no ha aportado mucho y no tiene la fuerza del villano del anterior libro.
En cuanto a Jon y Antonia, empezar diciendo que su relación de amistad está demasiado establecida para mi gusto. Ya sé que con el anterior quedaba claro que darían la vida el uno para el otro, pero es que aquí su vínculo es tan estrecho que parece que son amigos de la infancia. Jon me sigue cayendo bien, pese a que las constantes referencias por parte de la narración a su origen vasco empiezan a cansarme, y no sé hasta qué punto está bien basarse en estereotipos. A esto hay que sumarle que supuestamente su relación con Antonia evoluciona, porque ella le miente y esto le sienta mal, pero es algo que Antonia ya hacía antes, así que no sé de qué se sorprende. Es por ello que no termino de comprender la decisión que toma al final.
Antonia, por su parte se ha transformado en una mujer normal y corriente, algo más lista que la media y poco sociable. Ha perdido por completo el encanto de la primera novela y apenas exhibe la inteligencia que tanto la caracterizaba. Al contrario, de repente Antonia se ha convertido en una mujer de acción y quiere estar personalmente en todos los fregados, pese a que su campo es el de la reflexión, no el de actuar.
Además, me ha decepcionado mucho que la obra deja completamente de lado la parte más personal de Antonia. En el anterior libro teníamos el drama de sus relaciones familiares, pero aquí tanto el padre como el hijo como el marido aparecen en una escena, y ella apenas piensa en ellos, así que la decisión que toma al final no me la he creído.
Si hay una cosa que para mí salva la novela es, por una parte, la magnífica interpretación de la narradora, pues modula muy bien la voz y habla con acento ruso durante gran parte de la obra, y por otra, el estilo narrativo. La forma de narrar la cosas que tiene el autor me gusta mucho, tanto por las desfamiliarizaciones como por las metáforas peculiares que podemos encontrar, así como los leitmotiv de algunos personajes, como el caso de Lola con los cuentos de princesas. A eso hay que sumarle que sus descripciones cinematográficas me parecen muy visuales y que las referencias a la cultura y en concreto, a la música pop me parecen muy bien integradas, hasta el punto de que me han arrancado más de una sonrisa.
En conclusión, estamos ante una segunda parte que no supera a su antecesora. El libro nos presenta un caso policial al uso, en el que el ritmo se ve entorpecido por una multitud de puntos de vista innecesarios que tratan que empaticemos con personajes de forma artificial. No hay tensión ni la acción es trepidante, además de que no cuenta con personajes carismáticos ni villanos especialmente inteligentes. A eso hay que sumarle que los protagonistas no evolucionan y aquí pierden parte de su chispa que les caracterizaba. Pese a todo, no es una mala novela del género, sino que resulta entretenida y está muy bien narrada. No está a la altura de la primera parte, en gran medida porque aquí pierde el punto de novedad, pero si buscas una novela de investigación policial basada en la mafia rusa, sin esperar nada más, puede gustarte.
Cosas que he aprendido:
- Cómo introducir bien letras de canciones en una narración
- Kegemteraan, en malayo, la alegría de tropezar
- Chādanāca, en bengalí, el gozó atemorizador de bailar al borde de un tejado
Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:
PUNTUACIÓN...2'5/5!
Primeras Líneas...
Aquí os dejo el enlace para escuchar un fragmento del audiolibro