Saga Grim Reaper, Libro I: Un trabajo muy sucio, de Christopher Moore

Publicado el 20 abril 2020 por Laura Coll Rigo

Menos mal que este libro me ha gustado. Y es que lo tenía desde hacía mil en mi casa, pero cuando fui de viaje a Barcelona encontré un montón de segunda mano...y me los llevé. Sí, sin haber leído nada del autor (aka autora, porque tengo un problema mental y por alguna razón no me cabe en la cabeza que el autor sea un hombre) antes, muy inteligente por mi parte. Por suerte, me ha gustado tanto como esperaba, so, he quedado con muchas ganas de leer el resto. Os dejo aquí la reseña:

Título: Un trabajo muy sucio
Autor: Christopher Moore
Título original: A dirty job
Traductor: Victoria Horrillo Ledesma
Nº de páginas: 352
Editorial: La factoría de ideas
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788498003512
Año de edición: 2007
Plaza de edición: Madrid

Sinopsis:
Charlie Asher es dueño de un edificio en San Francisco, tiene una tienda de objetos de segunda mano y está casado con una mujer guapa e inteligente que lo quiere por ser tan normal. Sí, a Charlie le van bien las cosas... hasta el día en que nace su hija, Sophie. Justo cuando se dispone a irse a casa, ve junto a la cama de su mujer a un extraño que asegura que nadie debería poder verlo. Pero Charlie lo ve y, de allí en adelante, comienzan a suceder cosas muy raras: la gente cae muerta a su alrededor, cuervos gigantes se posan en su edificio y parece que, allá donde va, oye susurros de una presencia siniestra. Sí, Charlie ha sido reclutado para un trabajo desagradable pero muy necesario: la Muerte. Es un trabajo sucio. Pero alguien tiene que hacerlo.
Opinión:
Impresión: Divertido

Iba a ofreceros un resumen de la trama, pero la sinopsis lo hace muy bien, aunque para mi gusto se deja un detalle importante: la mujer de Charlie muere (cosa que pasa en el primer capítulo, que todo el mundo se tranquilice). Como os podéis imaginar, la razón por la que me hice con este libro fue su argumento, que me parece la mar de original. Lo único que me echaba para atrás es que fuera demasiado gore o explícito, pero en absoluto.

Y es que, por si no lo habéis percibido por el tono de la sinopsis, nos encontramos con una novela cargada de humor. Me he reído bastante con esta novela, y es que ha sido muy de mi estilo. Puede que sea un humor muy de sketchs, pero a mí me ha arrancado más de una sonrisa. No tanto porque haya un montón de juegos de palabras (aunque hay un buen par) ni porque haga bromas muy inteligentes, sino porque encaja muy bien con el tono de la novela y los personajes. Se trata de un humor absurdo muy bien llevado, bastante al estilo Buenos presagios. Y es que si me hubieran dicho que esta novela estaba escrita por Neil Gaiman, me lo hubiera creído, pues la otra baza con la que juega es el realismo mágico.

Por experiencias previas con este género, sé que no es de mi estilo, y es que me he llevado muchas desilusiones. Soy una persona muy lógica, y que la gente acepte cosas sobrenaturales casi sin cuestionárselo es algo que no me cabe en la cabeza, por lo que las novelas de este género suelen exasperarme. Cosa que no ha sido el caso.

Me gusta mucho cómo se trata el realismo mágico en esta obra. Hay escenas y personajes muy locos (cancerberos que comen batidoras, gente invisible, un bebé asesino, una ardilla con vestido de baile, un hombre que lanza petardos a las alcantarillas, un secuestrador amable que te ofrece una taza de té,...) aceptadas por los personajes con absoluta normalidad, cosa que suele hacerme levantar una ceja de incredulidad. Pero aquí está bien, porque esa actitud es coherente con los personajes, con su forma de ser y de reaccionar al mundo en general, por lo que me resulta creíble.

Como de lo único que estaba seguro respecto a los cancerberos era de que irían allá donde llevara a Sophie, se los llevó de excursión al zoo de San Francisco y los dejó encerrados en la furgoneta, con el motor en marcha y un tubo de aspiradora tendido entre el tubo de escape y la ventanilla de ventilación. Después de lo que le pareció una visita al zoo sumamente exitosa en vista de que ni un solo animal había abandonado los sinsabores de esta vida bajo la mirada alborozada de su hija, Charlie regresó a la furgoneta para encontrarse con dos cancerberos muy colocados, pero por lo demás ilesos, y que, tras comerse las tapicerías de los asientos, exhalaban al eructar un vapor con olor a plástico quemado.
[...]
Con el paso del tiempo, Charlie intentó poner en la balanza el peligro de tener allí a aquellos canes gigantescos y el daño psicológico que sufriría su hija si presenciaba su muerte, dado que, obviamente, Sophie les estaba cogiendo cariño. Así que acabó por abandonar los ataques directos y dejó de lanzar salchichas al paso del autobús exprés número 90. (Tomar dicha determinación le resultó fácil cuando el ayuntamiento de San Francisco amenazó con demandarlo si uno de sus perros volvía a destrozar un autobús).
[...]
Empezó comedidamente: se los llevó a dar una vuelta por el este de la bahía en la furgoneta, los atrajo hasta las marismas de Oakland con una ristra de costillas de ternera y luego se largó a toda prisa, solo para encontrárselos esperándolo en el apartamento a su regreso. Habían cubierto todo el cuarto de estar con una pátina de barro seco. Charlie probó entonces un método aún más indirecto: los metió en una caja y los mandó por vía aérea a Corea con la esperanza de que acabaran sirviendo
de primer plato, pero regresaron a la tienda antes de que él tuviera tiempo de limpiar el apartamento de pelos de perro.

En general todos los personajes me han gustado mucho, tanto principales como secundarios. Son todos muy divertidos y característicos, sin perder un ápice de verosimilitud. En el negocio de Charlie trabaja Lily, una chica gótica, rebelde, deslenguada, liberal que siempre se burla de Charlie o de Ray, el otro empleado, un expolicía que pasa sus tardes elaborando teorías conspiratorias y ligando en filipinasdesesperadas.com. También está Jane, la hermana del protagonista, que cambia de novia tan a menudo como pantalones y trajes le roba a Charlie, al que, pese a sus burlas sobre su escasa vida sexual, quiere con locura. Y muchos otros, como el Emperador, un vagabundo rey de los perros callejeros, las vecinas asiáticas del protagonista que viven gracias a los animales muertos de su apartamento y un policía que ha visto demasiado como para sorprenderse ante cualquier cosa.

-¿Por qué ha llamado Mohamed a ese perro ? -preguntó el de la barba.
-Porque se llama así.
-No debería haberle puesto Mohamed.
-Yo no le puse Mohamed -repuso Charlie-. Ya se llamaba así cuando lo compré. Lo ponía en su collar.
-Es una blasfemia llamar a un perro Mohamed.
-Intenté ponerle otro nombre, pero no me hacía caso. Mire. Steve, muérdele la pierna a este señor. ¿Lo ve?, nada. Spot, arráncale la pierna a este hombre. Ni caso. Es como si le hablara en farsi. ¿Ve usted adonde quiero ir a parar?
-Pues yo le he puesto Jesús a mi perro. ¿Qué le parece?
-Pues que lo siento mucho. No sabía que hubiera perdido usted a su perro.
-Yo no he perdido a mi perro.
-¿En serio? He visto un montón de anuncios por toda la ciudad en los que ponía: "¿Has encontrado a Jesús?". Será otro perro que se llama Jesús. ¿Ha ofrecido recompensa? Una recompensa ayuda, ¿sabe usted? -Charlie había notado que últimamente cada vez le costaba más resistirse a la tentación de pitorrearse de los demás, sobre todo cuando insistían en comportarse como idiotas.

Y luego está Charlie, el protagonista. Desde el principio se nos lo presenta como a alguien a quien se le va un poco la pinza de tanto en tanto, muy crédulo, buena persona, ingenioso verbalmente, paranoico y con el don de saber hacer el chascarrillo en el momento más adecuado. Oh, y un macho beta, por supuesto. Es solo un detalle y sé que forma parte de la personalidad del protagonista y su forma de ver el mundo, pero me ha molestado que dividiera a los hombres en "machos alfa" y "machos beta" que estuviera haciendo referencia a ello TODO el rato. Dejando eso de lado, en general Charlie me ha parecido muy bien construido, coherente y peculiar, diferente a muchos otros personajes, alguien que recordaré durante mucho tiempo.

A estos personajes tan distintos a todo y a la trama original hay que sumarle el hecho de tratar un tema bastante tabú, la muerte, y hacerlo desde una perspectiva muy poco habitual, el humor. Por supuesto, la obra está llena de humor negro, pero también tiene sus momentos serios. Me ha parecido interesante ver cómo Charlie se siente respecto a la muerte de desconocidos cuya alma va a buscar, pero sobre todo, me ha gustado ver cómo lidia con la muerte de su esposa, pues pasa años y años en duelo y recuerda a su mujer de tanto en tanto. Puede que me hubiera gustado que la obra no fuera tan humorística y tuviera momentos más serios para tratar esto, y que se hiciera más hincapié en el dolor de Charlie, pero entiendo que la obra no va a eso.

Una semana antes, Jane había bajado a pedirle un poco de miel y había encontrado la mermelada de ciruelas que le gustaba a Rachel al fondo del frigorífico, cubierta de moho verde.
-Hermanito, esto hay que tirarlo -dijo haciendo una mueca de asco.
-No. Era de Rachel.
-Lo sé, niño, y ella no va a volver a buscarlo. ¿Qué más tienes... ? ¡Dios santo! -Se apartó de la nevera-. ¿Qué era eso?
-Lasaña. La hizo Rachel.
- ¿ Y lleva ahí más de un año ?
-No he tenido valor para tirarla.
-Mira, el sábado vengo a limpiarte el apartamento. Voy a tirar todas las cosas de Rachel que no quieras.
-Las quiero todas.
Jane, que se disponía a tirar la lasaña verde y morada al cubo de la basura con fuente y todo, se detuvo.
-No, Charlie. Estas cosas no te ayudan a recordar a Rachel, solo te hacen sufrir. Tienes que concentrarte en Sophie y en el resto de vuestras vidas. Eres un tío joven, no puedes darte por vencido. Todos queríamos a Rachel, pero tienes que pensar en seguir adelante, tal vez en salir por ahí.

De todas formas, he de decir que me hubiera gustado ver cómo evolucionaba Charlie respecto al duelo, especialmente si tenemos en cuenta que en el libro transcurren varios años, pero por desgracia pasa del punto A al C sin pasar por B, y es que hay un romance que, aunque entiendo que cuadra con el personaje y su carácter, y que es tratado con humor, me ha sobrado.

En referencia al lenguaje, nos encontramos ante una obra claramente de corte adulto, bien escrita y muy ligera, que cuenta con unos diálogos espectaculares, tanto por su dinamicidad como por el realismo. Mencionar que muchas veces el narrador o los personajes hacen referencia a cosas de la actualidad o a personajes célebres, y que parte del humor se basa en ello. Me ha parecido muy acertado que el libro incluyera varias notas al pie del traductor ofreciendo una explicación o haciendo referencia a chistes intraducibles.

En cuanto al final, ha estado bien, previsible sin duda, aunque me gusta que haya tenido u n giro en torno al prota que ha estado bien. El libro es completamente autoconclusivo, aunque he visto que hay una continuación que se basa en una aventura completamente paralela. También mencionar que, por lo visto, el autor ha creado un universo propio, pues en sus otras novelas, hay varios cameos de personajes, e incluso una está protagonizada por uno que aquí aparece tan solo un segundo. Muy interesante.

En conclusión un libro que ha estado bastante bien. Es cierto que aunque la premisa es original, al final la trama es previsible y normalita, y que pese a tratar un tema tabú como la muerte con humor, al final no profundiza mucho en ello de forma seria, pero es muy entretenida y cumple lo que promete con creces. Cuenta con un humor absurdo muy bien trabajado y divertido, unos personajes muy peculiares y característicos y trata el realismo mágico con mucha credibilidad. A mí me ha convencido, y sin duda leeré más obras del autor.

Cosas que he aprendido:

  • El realismo mágico no está tan mal si los personajes son coherentes con ello.
  • Varias formas de exterminar a un perro.

Y ya para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads: