Sáhara Libre

Publicado el 09 noviembre 2010 por Javiermadrazo

La historia de la humanidad está llena de páginas negras y heridas abiertas, que sangran y duelen.  La situación del pueblo saharaui es, sin duda alguna, una de ellas.  La prepotencia y soberbia de un régimen tan dictatorial como feudal está en el origen del sufrimiento de la población saharaui, expulsada de su territorio, perseguida y acosada, incluso en el exilio forzoso.  Escribo estas líneas mientras leo en la prensa digital las informaciones, aún confusas,  que nos llegan en relación con la intervención de las fuerzas de seguridad de Marruecos en el llamado Campamento de la  Dignidad.  Las cifras sobre el número de personas muertas y heridas bailan, según las fuentes, pero una cosa es evidente: el Gobierno de Rabat ha recurrido al uso ilegal e ilicito de las armas para doblegar a un pueblo inocente, que clama por sus derechos ante la indiferencia del mundo, que puede compartir su causa, pero al final siempre se doblega ante Marruecos. España es un buen ejemplo de ello.

Ni Juan Carlos I, aliado incondicional de Mohamed VI como lo fue con anterioridad de su padre, ni el Ejecutivo Zapatero, siempre equidistante ante la violencia ejercida por Marruecos contra la pobalción saharaui,  han respondido con la contundencia que cabía esperar al ataque perpetrado en el Campamento Gdeim Izik, cerca de El Aaiún.  Claro que tampoco lo ha hecho Naciones Unidas, que precisamente ayer celebraba una nueva reunión para  reactivar el proceso de negociación sobre la soberanía del Sahara Occidental.  El Gobierno de Rabat se disfraza de demócrata, pero actúa como sólo lo saben hacer los fascistas. Cierra las fronteras de El Aaiún a periodistas y observadores internacionales porque no quiere testigos de sus atropellos y atrocidades. El Frente Polisario ha pedido una investigaciòn en profundidad de lo ocurrido, pero seguro que ésta no se llevará  a cabo y si se impusla será parcial y manipulada.  El pueblo saharaui tiene derecho a decidir su futuro y no aceptará nunca una autonomía tutelada por Marruecos en su propio territorio, La razón le asiste.