“Anónimo dijo..."Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de TRANSFORMARLO."K. Marx "Tesis sobre Feuerbach", 1845.Lo siento, D. José, pero sus tesis de hoy nos llevarían a posiciones deterministas, entendiendo por tal determinismo como, aquella corriente de pensamiento que asigna a las regularidades de la sociedad un carácter ineluctable, necesario y apodíctico. Tiende a asimilar las leyes históricas con las leyes naturales.Interpreta las leyes que estudia El Capital —leyes de tendencia— como si fueran “leyes de hierro”, que se cumplen sí o sí, independientemente de la lucha de clases.Quiere decir que, con sus palabras de hoy, u. nos conmina a abandonar la lucha de clases, la lucha liberadora de la opresión de los pueblos y de las naciones.Me quedo con la consigna de Guevara "Crear uno, dos, tres,... mil Vietnam".No se puede renunciar a la lucha de clases. O se está con ella, o contra ella. Volviendo a Guevara "Son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma."Un saludo, y espero que reflexione y cambie de opinión porque, últimamente le veo defendiendo mucho a la socialdemocracia, y a la socialdemocracia como al conservadurismo hay que derrotarlos.13 de noviembre de 2010 22:17".Veras, anónimo, si me apuras, te responderé que sólo se trata de una simple cuestión de instinto político.Es un lugar común en todas las lamentaciones de los teóricos de la política que la izquierda ha perdido fuerza, ha perdido impulso tanto o más como lo ha ganado la derecha.Y deberíamos preguntarnos por qué.Yo te diré por qué hemos perdido instinto político.Seguramente, escondido, en una habitación de Ferraz o de ese otro sitio en el que anida el partido comunista, no quema todas las horas de su puta vida ningún Arriola. O si lo hace, yo no lo sé. O si lo hace, qué poco se nota. Porque no podemos hacerlo peor.En cualquier problema genuinamente político que salte a la palestra, hemos de preguntarnos vivamente con esa vieja fórmula tan sabiamente política “qui prodest”, ¿a quién aprovecha realmente lo que vamos a hacer?En última instancia, la cuestión, ahora, se halla planteada en la elección entre 2 nombres: Zapatero o Rajoy.Como diría el genial Arriola, si gana Zp, el “statuo quo”, que parece tan malo, se mantendrá, en líneas generales, claro. Si gana Rajoy, sólo Dios, es una fórmula literaria de hablar, sabe realmente lo que va a pasar, porque una inmensa gama de posibilidades, todas negativas, se cierne sobre nosotros.Miremos, con todas las alertas despiertas, lo que están haciendo todas las derechas del mundo cuando llegan al poder. El propio Rajoy nos ha dicho lo que haría señalando a Cameron, cargarse hasta el más mínimo atisbo del estado de bienestar, pero, albricias, si fuera sólo eso.En Inglaterra, donde algunos sitúan la fuente de todas las libertades, por su régimen parlamentario esencialmente representativo, donde los electores designan directamente a aquéllos que los van a representar, con todo lo que eso lleva consigo, hay una viejísima tradición democrática, en España, el último precedente político que tenemos es el franquismo.O sea que, cuando Rajoy se refiere a Cameron, no piensa en Inglaterra sino en España, o sea no se refiere a Blair sino a Aznar, no se refiere a Thatcher sino a Franco.Si Rajoy gana, tal vez, tú y yo ya no podremos discutir aquí. Y esto no será lo peor con ser tan grave. Lo peor será que, más tarde o más temprano, se cargarán la SS porque ahí reside una inmensa veta de riqueza:
1- la que supone la visita casi cotidiana de mi mujer y yo a los médicos que nos atienden, como personas ya muy ancianas y enfermas, se abrirá francamente para sus padres, sus hijos o sus hermanos, que son los médicos, una parte importantísima de la clase dominante;2-las casi 200 mil pesetas de medicinas mensuales que ahora consumimos gratuitamente nosotros, tendremos que pagarlas a tocateja y lo tendremos que hacer mientras podamos, o sea que explotarán, hasta el límite, la fuente de riqueza que suponen mis posibilidades económicas reales.Te ahorro a ti, y a nuestros posibles lectores, toda esa otra detallada enumeración que podría hacerse de todos esos otros sectores de la vida cotidiana en los que está planteada la lucha por su privatización.
Lo que no renuncio a decirte, con toda la claridad posible que me permita el lenguaje, es que ellos, la derecha, hace ya mucho que se lo han planteado y que es por eso por lo que están luchando tan duramente y con tanto sentido de la situación.Mientras, nosotros perdemos el tiempo discutiendo absurdas entelequias sobre si son galgos o son podencos.Vayamos al caso que nos ocupa, el Frente Polisario y sus derechos nacionales sobre el Sahara.Ayer, cuando leía las personas que asistieron a la manifestación no me asombró en absoluto que, en 1ª fila, junto a Bardem y Toxo, ¿sabes quién iba? González Pons. A mi modestísimo entender, era el único de toda aquella primera fila que estaba donde tenía que estar. La manifestación de ayer por las calles de Madrid y otras ciudades de España no era, como se gritaba, a favor del Polisario sino en contra de Zp.Dejémonos de pamplinas y de teóricas obviedades, la lucha hoy está planteada y ellos, la derecha, lo saben muy bien, entre Zp y Rajoy, por eso, ellos, todo lo que hacen, va contra Zp: si llueve porque llueve, tiene la culpa Zp, si nieva y hay atascos tiene la culpa Zp, aunque la competencia de quitar las nieves sea de la comunidad de Madrid, a cargo de la inefable Aquirre. Son sólo unos ejemplos que ojalá sean lo suficientemente ilustrativos.Por eso nos están ganando tan ampliamente la batalla, porque han conseguido no sé cómo, la unión detrás de ese individuo al que la mayor parte de ellos desprecia por blando e indolente, de toda la derecha del país, desde los ligerísimos azules a las camisas negras de la Gestapo, mientras tú y yo estamos discutiendo aquí y ahora, si son galgos o son podencos, ellos saben que lo importante es ganar las próximas elecciones sea como sea, aunque sea apoyando a un tío tan inútil que ahora que podría andar por toda España agitando la aparente inoperancia de un gobierno que no consigue nada frente a la crisis que ellos, la derecha, precisamente, han creado con su avarienta incompetencia, no hace otra cosa que dormir.Y cuando digo si son galgos o podencos estoy diciendo si debemos de ir tras las pancartas de unas huelgas, todas las que se convoquen ahora, que no son precisamente a favor de lo que éstas dicen sino tan sólo en contra de Zp y éste, este jodido y pusilánime individuo, es todo lo que nos separa de la invasión, quién sabe si definitiva, de su barbarie.Ya sé que tú, que tienes una respuesta en los viejos y venerables libros marxistas para todo, me dirás que lo que yo propugno no es más que el viejo, manido y tantas veces derrotado posibilismo, y yo no tendré más remedio que contestarte, “sí, claro que sí”, pero es que ya no nos queda otra cosa, después de haber perdido infinidad de ellas yendo, como locos detrás de tantas ilusiones absolutamente irrealizables.No perdamos esta ocasión, que puede que sea la última. Zp apenas si es una miserable tabla, casi una simple astilla de madera a la que agarrarnos, en la vorágine, en la irresistible marejada que nos arrastra contra los acantilados de la costa, pero, coño, es que es lo único que nos queda.Con él hemos tenido, hasta ahora, el subsidio de paro, ése que, ahora, quiere suprimir paulatinamente Cameron, el ideal de Rajoy, sí, aquel que quiso cargarse Aznar cuando logró la mayoría absoluta, y la ss y el intento de promulgar leyes tan positivas para nosotros, los ancianos, como la de dependencia, con Rajoy se me ponen todos los pelos de punta de pensar en todo lo que no voy a tener, en todo lo que aún nos pueden quitar, que nos lo quitarán, o sea que, de repente, no sólo me he vuelto cristiano sino que estoy en Lourdes y mi silla de ruedas va como loca cuesta bajo y yo me agarro a ella, totalmente desesperado, mientras grito “virgencita, virgencita, el milagro que ahora te pido no es que me cure sino que me quede como estoy”.Querido anónimo, ellos lo saben muy bien no porque sean más listos que nosotros sino porque lo han estudiado más y mejor, es cosa de jodido trabajo no de pura inteligencia, se trata, aquí y ahora, no de descubrir la cuadratura del círculo sino tan sólo de que el camino más corto, entre lo que deseamos y nosotros, es la línea recta, no nos compliquemos estúpidamente la vida pensando ahora, en pleno siglo XXI, en hacer la revolución proletaria sino en ganar las jodidas y próximas elecciones generales porque nos va en ello toda nuestra puñetera vida. Y ellos lo saben y nosotros, a lo que parece, no.Por eso a mí no me causó el menor asombro ver, ayer, que, en la presidencia de la manifestación a favor del Polisario que no era tal sino solamente en contra de Zp, iba ese inefable individuo que sólo al verlo siento arcadas de la repugnancia que me produce su insolente desfachatez, González Pons, seguramente el único de todos los asistentes que estaba realmente donde debía.Como recientemente hemos comprobado también que, en las huelgas promovidas por los sindicalista Toxo y Méndez, en primera fila, también estaban ellos, porque ellos sí que saben que ahora, toda manifestación que tenga lugar en este jodido país de todos mis asquerosos pecados, no es a favor de lo que quiera para lo que se convoquen, sino contra Zp, de modo que ahora nos han llegado a decir en nuestros propios morros que ellos, los ultraderechistas del PP no son, ni más ni menos que el partido de los trabajadores, y no se les ha caído la cara de vergüenza sino que aún se están riendo de nosotros porque contemplan como tú y yo nos enzarzamos en una discusión teórica sobre si los que iban en la cabeza de la manifestación prosaharaui eran galgos o podencos.Yo no lo sé, tú, a lo mejor, sí, porque eres más joven y más listo que yo, pero me estoy cansando ya de decir, de gritar que todo este follón que estamos montando alrededor de los saharauis no les beneficia a ellos en nada, en absoluto, que a los únicos que beneficia es a los del PP, así que seguid vosotros haciéndoles, a estos sinvergüenzas, el juego porque así lo digan los viejos manuales de la política izquierdista que alguna vez, digo yo, tendremos que renovar.