Aunque la situación va cambiando poco a poco, la mayoría de la población, y no digamos la corriente científica más academicista, sigue considerando a la Atlántida como un mito, y a quiénes creen en que realmente existió, como locos, iluminados o vendedores de humo, en el mejor de los casos.
Evidentemente, en esto de la búsqueda de la Atlántida hay que tener mucho cuidado, porque ciertamente hay personajes e individuos que dicen tener el bálsamo de Fierabrás y haber descubierto la “mítica” civilización, y escriben libros arrojándose todo el mérito de haberla encontrado, por supuesto.
Estos individuos que suelen reunir tanta egolatría y orgullo chauvinista desmesurado como desconocimiento absoluto de la Historia, la Filología o cualquiera de las ciencias que se puedan aplicar a la búsqueda mínimamente seria y rigurosa de la civilización que dio origen al relato (dejemos de llamarlo mito) platónico. Como puede…
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