Sal de mis sueños, de Fernando Trujillo Sanz

Publicado el 25 febrero 2015 por Goizeder Lamariano Martín
Título: Sal de mis sueños Autor: Fernando Trujillo Sanz Editorial: El desván de Tedd y Todd Año de publicación: 2012 Páginas: 226 ISBN: B007V7427W Nada más comprarnos el Kindle, empecé a rebuscar libros en Amazon. Y con este tuve un flechazo. Me hipnotizaron su título, Sal de mis sueños, y su portada y claro, que fuese gratis también ayudó un poquito. El caso es que me lo descargué pensando que era una novela de terror. No la conocía y a su autor, Fernando Trujillo Sanz, tampoco. El nombre me sonaba vagamente, sabía que era un escritor con varias novelas digitales publicadas, pero nada más. Ni siquiera me molesté en leer la sinopsis. Estaba dispuesta a dejarme llevar.  Y, por supuesto, a dejarme sorprender. Y vaya si me sorprendí. Para empezar, nada más comenzar la lectura me di cuenta de que para nada es una novela de terror, o al menos no es un terror al uso.
El protagonista de esta historia, del que no sabemos su nombre hasta el final del libro, es un adolescente de 16 años rebelde. Siente debilidad por su madre, un ama de casa volcada en su familia, cariñosa, que ahora está embarazada y por quien se desvive para cuidarle y ayudarle. En cambio, la relación con su padre es muy distinta. Continuamente discute con él, el marido y empresario perfecto, aunque como padre, en su opinión, deje mucho que desear. Casi nunca está en casa, siempre en su despacho, en viajes de negocios, desviviéndose por la multinacional que dirige. Y quiere que su hijo siga sus pasos, que estudie y saque buenas notas, que aprenda Contabilidad. Pero él no está dispuesto. No le gusta estudiar, ni el instituto. Todos los profesores le tienen manía, sobre todo la bruja de Matemáticas. No siente pasión por nada, ni siquiera por el fútbol. No sabe qué quiere ser de mayor. Lo único que tiene claro ahora es que le encanta estar con Iván, su mejor amigo, que le gusta muchísimo Claudia, que odia a Eloy, el matón del instituto, y que por nada del mundo quiere volver al centro privado al que su padre le obligó a ir. Prefiere el instituto público porque por mucho dinero que tenga su familia él no encaja con esos pijos. Su vida es normal, corriente, rutinaria, como la de cualquier adolescente, hasta que de pronto comienza a tener unos sueños muy extraños. Mientras sueña, es consciente de que está soñando, pero aun así no entiende nada. La historia se desarrolla a lo largo de seis sueños, a cada cual más sorprendente, raro, incomprensible... Lo único que tienen en común todos los sueños es que siempre aparecen unas niñas pequeñas, gemelas, una rubia y otra morena, que solo hablan mientras sujetan un bastón. La rubia es dulce, tranquila, amigable, mientras que la morena le insulta, le grita y es una borde con muy mala leche. Todo lo que ocurre en esos sueños cada vez se relaciona más con la vida real del protagonista, que se siente cada vez más desconcertado, superado y angustiado por la situación que está viviendo, tanto en la realidad como en sus sueños. Demasiadas preguntas sin respuesta. La historia, con un lenguaje muy sencillo, cercano y fluido, tiene un gran ritmo que hace que devoremos las páginas sin darnos cuenta. Como el protagonista, queremos entender que está pasando y encontrar todas esas respuestas. Deseamos llegar al final. Un final que me ha sorprendido y me ha gustado mucho. Si bien es cierto que es bastante abierto y ambiguo y deja muchas incógnitas sin resolver, muchos aspectos en el aire, la nota del autor lo aclara todo a las mil maravillas, cosa que se agradece mucho, la verdad. He disfrutado muchísimo con esta historia trepidante, realista y mágica a partes iguales, que combina y entreteje a la perfección el mundo real y el onírico, que mantiene la tensión en todo momento y que tiene como protagonista a un joven al que acompañamos, comprendemos y cogemos muchísimo cariño.
Un gran descubrimiento que me ha sorprendido muy gratamente. Me ha encantado el estilo del autor y estoy deseando leer más novelas suyas. ¿Habéis leído alguna? ¿Cuál me recomendáis? Por mi parte solo me queda animaros a entrar en mis sueños. Seguro que luego no querréis salir.