Una solución es coger una cucharita de café, llenarla de vino y echarla sobre la carne o el pescado, pero la verdad es que luego te tacharán de maleducado. Así que pensando, se me ocurrió que una solución sería la sal de vino, algo sobre lo que había leído y un producto que no falta en ninguna tienda gourmet, pero que todavía sorprende a mucha gente por lo desconocido que resulta su uso, sobre todo en ensaladas y pescados.
Origen del plato: Francia.
Tiempo de preparación: 5 minutos en el horno o un día a temperatura ambiente
Tipo de plato: Especia
Ingredientes:
- 2 cucharadas sopera de sal gorda, de escamas o maldon.
- 1 cucharada sopera de vino
Elaboración:
Echa las dos cucharadas soperas de sal en un tazón o un plato.
Añade poco a poco el vino, yo te aconsejo utilizar una jeringa, es muy cómodo ya que de esa manera puedes ir echando el vino en aquella parte donde la sal no se haga impregnado del vino.
Dale unas vueltas con una cucharita para que toda la sal absorva el vino.
Aquí tienes dos alternativas:
- el horno: mete el tazón el el horno durante 5 minutos a 150 grados, pero ten en cuenta que se apelmazará y tendrás que molerla un poco. El inconveniente es que pierde mucho aroma y además absorverá olores del horno, aunque si que podrás percibir muy bien el sabor del vino.
- temperatura ambiente: deja el tazón de sal en un rincón de la cocina y al cabo de un día ya estará lista. Aquí influye mucho la temperatura de la casa, (en mi caso 20 grados centígrados constantes); personalmente me gusta más esta alternativa ya que se aprecia todos los aromas del vino y al probarlo acentúa mucho el sabor del vino.
A partir de aquí puedes guardarla en un tarro cerrado herméticamente (para que no se pierdan los aromas) y te durará mucho tiempo, de hecho es un curioso regalo si quieres sorprender alguna vez, porque si pones en la mesa un platito con esa sal de vino, te aseguro que te preguntará y lo probará más de uno.
Por último, un detalle a tener en cuenta es el tipo de uva del vino que utilices, ya que cambiará el aroma y el sabor resultante; y para maridarlo con algún plato es algo a tener en cuenta, por ejemplo, en la fotografía de la derecha, serví sal de vino Shiraz y Malbec con ternera asada rellena de albaricoque, otro vino como un tempranillo no resultaría tan adecuado.
Un recurso muy poco utilizado, es también la sal de especias, por ejemplo sal de vainilla, para luego tenerla como ingrediente para elaborar un bizcocho, aunque la primera impresión es que es innecesaria, en el resultado final si que se nota; de hecho he preguntado a muchos blogueros/as culinarios y nadie lo usaba, por lo desconocido que es.
Por último, si te encuentras que no tienes sal de escamas, siempre puedes prepararla tu mismo, para ello te recomiendo leer el artículo publicado por Mabel en su blog Pasteles de colores [decoraciondemabel. blogspot.com] titulado Sal en escamas casera en 5 minutos