SALA DE ESPERA
Capítulo I
La Entrada
-Señor ha llegado su vuelo
En la sala, un joven se levanta lentamente, no lleva equipaje, y al igual que algunos que se encontraban esperando su vuelo, estaba un poco ansiosa, su corazón palpitaba más rápido de lo común, su mirada tenía un brillo que emanaba un toque de esperanza, dando unos cuantos pasos se acercaba a la puerta de entrada al túnel que conducía al gran avión que le estaba esperando, Peter levanta su mano derecha y extendiéndola comienza a tocar las pareces forradas de lana pura de cordero, observando la estructura del túnel en el que estaba caminando alcanza a divisar en la parte izquierda del mismo, miles de pasajeros que entraban en los túneles de las demás aerolíneas, se detiene por un momento y se pegando su rostro en los vidrios de la parte izquierda, ve a la distancia como uno de sus grandes amigos en la terminal aérea ingresaba a uno de los túneles, una lagrima comienza a caer por sus mejillas y al cerrar sus ojos escucho –Señor es hora de ingresar…
Una visión de una gran terminal aérea fue lo que tuve a mis 23 años, algo inesperado estaba por sucederme, las cosas cambiarían desde ese día para mí y para aquellos a los cuales he dedicado esta gran visión.
¿Una terminal aérea? Si, fue el único lugar que vi, en ella cinco puertas gigantescas que solamente se abrían para dejar entrar personas cada 15 segundos, nunca vi a alguien salir por esas puertas, y lo más curioso fue ver que todos ingresaban desnudos pero sin tener vergüenza de su condición, algunos eran altos y blancos, otros tenían baja estatura, hombres y mujeres de diferentes razas, no entendía lo que veía pues al entrar cada uno de ellos unos hombres que estaban vestidos de unos trajes negros, les entregaban a cada persona un equipaje.
Una mirada panorámica de todo el lugar me hizo entender que este sería el único lugar en donde se me contaría la historia y se me daría la visión, después de unos minutos me fije en una de las personas que ingresaba en la gran terminal, su nombre era Peter, -Bienvenido señor Peter, aquí está su equipaje, eso fue lo que le escuche decir a uno de los hombres que entregaba estas maletas a todos los que entraban por alguna de las cinco.
Peter, sin saber que estaba desnudo, tomando el equipaje se lo pego al pecho, mirando a los lados no entendía que estaba pasando, era como ver a un niño observando todo a su alrededor pero sin hablar una sola palabra, unos momentos después dio sus primero pasos mirando a un lado y al otro, algunos de los que ya habían llegado primero pasaban rápidamente delante de él, todo se veía en esta terminal, pero algo estaba por comenzar a entender Peter, -¡Ey, Amigo! Escucho, mirando al frente un joven era quien le llamaba, mas Peter lentamente miraba atrás pensando que no era el a quien llamaban, – Si, tu, sosteniendo el equipaje con su mano izquierda sobre su pecho, se señaló con su mano derecha diciendo – Me estas llamando a mí, Yusepy respondió: – Claro que si, ven te enseñare que se hace aquí y cómo podemos salir. Peter ahora no andaba solo, ahora tenía compañía en la terminal.
Peter estaba atento a lo que su compañero le explicaba acerca de la terminal aérea, – Peter ¿de qué puerta vienes? Pregunto Yusepy – he, un silencio se tomó a Peter por unos momentos, – No sé, creo que fue esa, señalando una de las puertas con su mano derecha – ¡Ha!, eres de América. – Sí, creo que sí. Respondió Peter – excelente, yo también ingrese por esa misma puerta hace ya 2 años.
Autor: Pedro Martinez