Ya estamos esperando a embarcar en el vuelo EZY7881 destino Casablana. Nos hemos levantado a las cinco de la mañana para cargar un taxi con las tablas porque era la única opción posible.
Sobrevolando Marruecos me sorprende el paisaje, es mucho más verde de lo que esperábamos. Una vez ya en tierra, cambiamos unos cuantos euros por dírhams (1€ = 10,6 D) y recogemos las tablas. Alquilando el coche tenemos las primeras sensaciones de te la quieren jugar; la cara del trabajador no inspira confianza. Nos lleva a un Dacia Logan viejo y sucio. El hombre llama a unos chavales que se ponen a limpiar el coche con trapos y agua mientras cargamos el equipaje. Montamos, repostamos y tomamos dirección El Jadida. El tráfico es bastante loco pero después de la locura de Bali ya no me sorprende nada.
Miramos varios picos; desconocemos su nombre pero tienen potencial. Nadie en el agua. Ningún otro extranjero en la calle aparte de nuestro Dacia destartalado; todas las miradas encima. Miguel va al volante y yo voy guiando mapa en mano, buscando las posibles rompientes que más se adecúan a las condiciones de hoy.
Seguimos dirección “Sidi bouzid” ya que parece que esa parte recibe mejor el pequeño swell del norte está entrando. El camino esta flanqueado por infinidad de tiendas: fruta, carne, vasijas y todo tipo de comidas que desconocemos. Ya han pasado nueve horas desde la última vez que echamos algo al cuerpo así que decidimos parar. En un puesto nos ofrecen un plato de carne con verduras y especias acompañado por té por el módico precio de 200D (18€). Su sabor es intenso y las especias despiertan nuestros paladares. Compramos algo de fruta y agua a la señora de al lado y mientras los gatos acababan con lo que habíamos dejado caer al suelo, un local nos habla de una playa dirección sur que hoy rompería bien; “Tomato beach”. Intercambiamos números por si decidiésemos pasar noche en ese pueblo y retomamos la ruta. Comprobamos picos bajando a acantilados: algunos tienen buena pinta pero la bajada es impracticable y otros de mejor acceso no rompen con tamaño suficientemente. El Dacia se retuerce entre los caminos de piedra por el que le forzamos a bajar; el pinchar se pasa por todas nuestra cabezas.
Finalmente vemos desde el alto en el que estamos un pico con muy buena pinta y parece que cerca hay una playa. Puede que sea la que nos recomendó el local, no lo sabemos, aquí no hay señales. Encontramos el camino abajo sorteando cabras y vacas. Efectivamente está rompiendo. Recuerda a Hossegor y para sorpresa de todos hay dos en el agua. Con el coche aparcado en el mismísimo pico nos metemos al agua.
La derecha es larga y maniobrable y la izquierda es más rápida y hueca. Caen algunos tubos. El sol del atardecer sofoca nuestras caras, el agua está a buena temperatura y con el 3.2mm voy sobrado. Miguel hace las primeras pruebas con la cámara desde su kortxo. Los dos surfistas que estaban son franceses que también habían caído ahí por casualidad. Estamos solos. La vista no alcanza a ver el final del a costa por ningún lado. Un sol naranja escondiéndose en el desierto y una antigua red de pescadores fijada al final de la izquierda son nuestros únicos acompañantes. Cae la noche, recogemos y decidimos tomar rumbo al sur hacia “Essaouira” y allí buscar alojamiento. Marruecos nos regala uno de los cielos más estrellados que hemos visto. Paramos a contemplarlo, la oscuridad del desierto te da una visibilidad que se escapa de la contaminación lumínica de las ciudades. Quedan 300km por delante, seguimos el camino.
Already waiting for boarding in the flight EZY7881 straight to Casablanca. We have woke up at five o’clock in the morning to pack the surfboards into a cab because was our only chance to arrive on time.
I’m quite surprised overflying Morocco and seeing how green the north is. Once we arrive, we went to a change office for some Dirhams (1€ = 10,6 D) and then took our surfboards. We walked through the airport till the rent car office where we had our first experience with local people; we didn’t trust too much to that man. Then he took us to an old and dirty Dacialogan. Some children came to clean it while we put aware the surfboards on the car’s roof. We drove to “El Jadida”, the traffic is quite crazy here in Morocco but not even worst than Bali’s chaos.
We checked some pointbreacks that we didn’t know the name but seems quite class. There’s no one in the water. Moreover, there’s no foreign outside, all sights are pointing us. Miguel is driving under my instructions with a map, looking for spots that could break today.
We continue ahead to “Sidi bouzid” because seems that could be pumping with this little North swell. The road is surrounded by plenty of little shops: meat, ceramics, fruit and other kind of food. Nine hours ago since our last meal so we decided to do a “pit stop”. We had a bunch of meet with vegetables and species for 200D (18€) that was really tasty actually. Bought some fruit and water from a woman. A local man suggest us to look for a beach called “Tomatoe beach”, we share phone numbers just in case we decide to sleep in that village and got back to the road.
After checking some pointbreacks close to the clifts and make our Dacia suffer through rocky ways avoiding cows, goats and so on, we saw a pretty nice wave breacking downhill so we look for a way to go there. Maybe it was the beach that the local suggest us but we don’t know because there is no signals around. It was two sides breack peack with a funny and maneuverable right and a suck left that gave us some tubes. Nothing more than dessert, and old fishermen net and an intense sunset around us.
It was already night when we left the place and decided to drive straight to Essaouira and look for accommodation there. Morocco’s dessert darkness gave us a gnarl sky with plenty of stars. A little stop to enjoy the vies and back to the road. We have 300km waiting for us, let’s continue our way.