Salamanca goza de bellos monumentos en los que el plateresco labrado en la piedra de Villamayor de Armuña deslumbra en toda la ciudad, una de estas fachadas es la del Convento de San Esteban, que impresiona por su abundante decoración y belleza singular, bien puede parecer la cuarta catedral de Salamanca, tras la nueva, la Vieja y la Clerecía. De hecho, los salmantinos lo consideran como otra catedral.
Es la iglesia del Convento de San Esteban uno de los edificios religiosos más importantes de Salamanca y, por tanto, visita obligada por ser su fachada una de las más bellas del plateresco, auténtico retablo al aire libre.
Si la Clerecía es propiedad de los jesuitas, San Esteban es de los dominicos, órdenes con mucha rivalidad, incluso en la actualidad. Es sede de la Pontificia Facultad de Teología.
San Esteban de día es como ver un lienzo labrado en piedra, con filigranas, luces y sombras que por la noche impresiona la luminosidad del edificio, impresionante por fuera y por dentro. Sorprende su única nave y más aún el incomparable Retablo Mayor, obra de Churriguera y sus tres claustros.
Por este convento pasaron grandes personajes de la historia de España: Colón, Santa Teresa, San Ignacio de Loyola, Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria y el Gran Duque de Alba, a quien se dio sepultura en un sepulcro.
El convento me trae recuerdos de la boda de mis amigos salmantinos, hace 40 años, cuando mi mujer y yo nos sorprendimos de ese colosal monumento elegido para la ceremonia, un edificio emblemático de Salamanca que quedó para siempre en nuestra memoria.
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