No podía faltar en mi visita a Salamanca el encuentro con su Universidad, una de las de mayor prestigio del mundo, que destaca por su impresionante belleza y singularidad y forma parte de ese conjunto monumental único que convierte a Salamanca en "Ciudad Dorada".
Impresiona ver el mundo estudiantil en la universidad de universidades, que cuenta con unos edificios propios donde se imparte la docencia pública. En ellos deslumbra la piedra de Villamayor de Armuña, que se adapta a la perfección al estilo plateresco como todo el conjunto monumental de la ciudad, desde su imponente fachada a todos sus edificios, que muestran un poderío arquitectónico de una belleza singular.
Recomendable extasiarse con la increíble fachada de la Universidad, considerada la máxima expresión del estilo Plateresco Español, esa que admira desde su estatua Fray Luis de León, quien sin duda no pierde de vista la figura de la rana, no sea que vaya a saltar. Buscar la rana es una tradición para quien contempla por primera vez esta impecable portada plateresca, y para quien la vuelve a contemplar, antes de adentrarse por estas edificaciones únicas y descubrir toda su belleza.
No es gratuita la entrada al conjunto monumental de la Universidad salmantina, pero bien merece la pena pagar para disfrutar de tanto arte desde que entras hasta que sales. Impresiona el interior del edificio que pertenece a las antiguas Escuelas Mayores, donde se estudiaban los más altos grados, y que solo conocía por imágenes de cine y televisión, como ese bello zaguán gótico y sus impresionantes bóvedas en las que está representado el escudo de la Universidad. Desde el zaguán vemos el patio, en torno a él se distribuyen las aulas.
La primera aula que sale a nuestro paso está dedicada a Dorado Montero, prestigioso catedrático de Derecho Penal que consiguió la renovación de la ciencia jurídica en España, en los ámbitos de Derecho Penal y Filosofía del Derecho. Junto a ella encontramos el Aula Unamuno, dedicada a una de las figuras universales de la Universidad de Salamanca, catedrático de griego y dos veces rector de la Universidad, entre los años 1900 a 1914, y desde 1931 a 1936. Al entrar en la mítica y austera Aula Fray Luis de León, la más emblemática de la Universidad, parece que el tiempo se ha detenido porque el aula se conserva tal como era, con esos bancos de madera. Me vinieron a la memoria las célebres palabras que pronunció el maestro agustino religioso, profesor y gran humanista y escritor tras su vuelta de su condena después de cinco años encarcelado por la Inquisición, "Decíamos ayer", dijo tras su vuelta a la docencia.
Me impresiona el Paraninfo donde se celebran los actos académicos más importantes de la Universidad, ceremonias de graduación, apertura y clausura del curso académico y la proclamación de los doctores honoris causa. El Paraninfo está presidido por un gran dosel con las armas pontificias, símbolo de la Universidad, de gran valor artístico y donado a los estudiantes por el príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos. Destacan los tapices bruselenses del siglo XVII y un cuadro de colores blanco, negro y gris en la que están representados los Reyes Católicos. Sobresale un retrato de Carlos IV del taller de Goya, una reproducción del original del Museo del Prado. Tras la visita al Paraninfo pasamos por la puerta de otras aulas: el Aula de Francisco de Vitoria, considerado el padre del Derecho Internacional y de los Derechos Humanos, y la dedicada al rey Alfonso X el Sabio, que tanto contribuyó a la divulgación de las artes y las ciencias, y el Aula Salinas, dedicada al famoso músico catedrático contemporáneo de Fray Luis de León.
Obligada entrada a la Capilla de San Jerónimo, donde se encontraban las pinturas del Cielo de Salamanca, trasladadas a una de las salas del patio de las Escuelas Menores, que también forman parte de la Universidad. Cuenta esta capilla con un retablo barroco, aquí se celebran bodas de alumnos de la Universidad, y está enterrado Fray Luis de León.
Tras visionar todas estas aulas y la capilla, que pertenecieron a las antiguas Escuelas Mayores, procedemos al ascenso a la segunda planta del edificio por la Escalera del Conocimiento, del siglo XVI. Mientras subes se aprecia su alto valor artístico y lo que simboliza, que no es otro que el ascenso al conocimiento, mientras contemplas la bella decoración plateresca, y cómo debe caminar el estudiante para dominar sus vicios y pasiones, y alcanzar la sabiduría, en una representación fantástica de la vida, en el que la juventud, la madurez y senectud, con todos sus riesgos, están representados de forma clara.
Todo el edificio llamó mi atención, pero fue encontrarme con la puerta de la Biblioteca, y quedar prendado de sus estantes, a pesar de que estaba cerrada y no es de extrañar, porque allí se aposentan, se custodian y conservan los manuscritos e incunables de la Universidad de Salamanca. Esta Biblioteca General Histórica fue fundada por el rey Alfonso X el Sabio en 1254, y está considerada como la primera biblioteca pública de Europa.
Antes de la salida del edificio de las Escuelas Mayores pasamos por la tienda oficial de la Universidad, con el nombre de Mercatus. Allí puedes adquirir recuerdos de tu paso por la Universidad Salmantina.
También llamaron mi atención los distintos "vitor", que me pude encontrar en la Universidad, emblemas conmemorativos de quienes adquirieron el título de doctor honoris causa, de tantos grandes personajes, escritores y literatos de todo el mundo, entre ellos recientemente figura el otorgado, a título póstumo, a Don Miguel de Unamuno.
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