Comenzaré el año con una opinión polémica: Lo del salario mínimo interprofesional siempre me ha parecido una propuesta política populista. Ojo, digo siempre; no me estoy refiriendo a estos nuevos partidos políticos de ahora (Podemos & CIA) a los que se les llama a diario «populistas». Porque el populismo no es algo exclusivo de Podemos; tan populista es que el PP juegue con el miedo a que se pierdan las pensiones si otro partido más radical entra en el Gobierno, para asegurarse el voto cautivo de nuestros mayores, como populista es que Podemos proponga que los mayores no voten alegando falta de criterio o manipulación, para asegurarse ellos un porcentaje mayor de votantes entre el censo electoral reducido. Y ejemplos hay muchos y son aplicables a todos los partidos políticos. Mi conclusión es que lo que es verdaderamente populista es la política… en general. ¿Por qué? Muy sencillo, porque la política va de mayorías, y si se buscan muchos votos hay que saber hablar sin decir nada para que todos los ciudadanos se puedan sentir identificados con esas palabras vacías que cada uno interpreta como más le interesa. ¿Por qué UCD fue el primer partido que ganó las elecciones? Pues porque la derecha era la derecha y la izquierda era la izquierda y cada parte aglutinaba a los de pensamientos más extremos. El centro hablaba a los de derechas y a los de izquierdas por igual, sin alarmarlos, intentando buscar argumentos que no asustaran a nadie. Sí, UCD puede que fuera el primer ejemplo en democracia española de populismo… Y por eso ganó las elecciones. ¿Pero qué tiene todo esto que ver con lo del salario mínimo interprofesional?
Populismo y salario mínimo interprofesional
Salario mínimo interprofesional. ¿Es la solución a la crisis o perjudica a quien pretende beneficiar?
En general los partidos políticos defienden el salario mínimo interprofesional precisamente porque es algo populista, algo que la gente trabajadora (que son mayoría aunque no tengan trabajo) quiere oír. Y me parece normal que los partidos políticos lo entiendan así y se aprovechen de ello. Eso es populismo (marketing para conseguir votos).
Yo tengo un concepto muy diferente de lo que es el salario mínimo interprofesional y de cómo se utiliza políticamente para aborregarnos un poco más. Y no, no estoy en contra de los derechos de los trabajadores; no vayan a creer (todos mis empleados cobran por encima del salario mínimo interprofesional, hoy, y siempre antes de hoy).
Populismo es pensar que todos somos capaces de generar lo mismo, pero la realidad es bien distinta. Para un empleador (empresario, autónomo, o como lo queramos llamar —hay quien nos llama terroristas en las redes—), contratar a alguien que sea incapaz de producir más de 14.000 euros al año (apurando mucho las cifras) no le resulta rentable porque va a perder dinero. ¿Por qué? Pues por las matemáticas que aprendimos en EGB; si a mí como empresario, contratar a alguien pagándole el salario mínimo al que obliga la legislación, me cuesta casi 1.200 euros al mes (contando prorrateo de pagas extra y cotizaciones sociales), ¿por qué voy a querer contratar a alguien incapaz de conseguir un rendimiento mayor con su trabajo? Y eso sin contar con posibles bajas médicas, maternales, u otros tipos de absentismo laboral no previstos en el momento de la contratación. Si lo analizamos fríamente, el salario mínimo interprofesional produce desempleo en cierto segmento de la población, se quiera admitir, o no. Porque no todos somos iguales, no todos tenemos las mismas capacidades productivas, al igual que no todos somos igual de guapos, o feos, o altos, o bajos. A mayor salario mínimo interprofesional, mayor tamaño tendrá el segmento de población afectada por esa discriminación encubierta, porque para que sean rentables al empresario deberán de ser capaces de producir mayores ingresos con su trabajo, cosa que con la crisis, que no acaba de desaparecer, cada vez en más complicado porque los márgenes de las empresas (especialmente de las pequeñas y de los autónomos que curiosamente son los mayores empleadores) son más pequeños.
Para entenderlo un poco mejor:
Imaginemos que por ley se estableciera que no se pudieran vender teléfonos móviles por menos de ochocientos euros. ¿Qué pasaría?
a) Mucha gente que ahora tiene móvil dejaría de tenerlo porque no dispondría de ingresos suficientes para comprar uno nuevo cuando tuviera que cambiarlo. Eso haría que muchos móviles se quedaran sin dueño. Trasladado al lenguaje laboral, que no serían contratados (que nadie lea aquí que el empleador es dueño del empleado).
b) Seguirían habiendo móviles de baja calidad y de alta calidad, pero como todos tendrían un precio similar por la limitación impuesta por el Gobierno, las personas que sí dispusieran de dinero para pagarlo, comprarían los modelos de alta calidad y no los de baja calidad que serían al mismo precio o muy similar que los otros. Trasladado al plano laboral, si el empresario tiene que pagar un mínimo, tanto si el trabajador es bueno como si no lo es, lógicamente contratará al que le pueda cubrir los gastos y generar beneficios. Se quedará con el modelo de alta gama, por decirlo de manera que se entienda.
Uno se plantea preguntas con todo esto del salario mínimo interprofesional:
¿Se puede salir de la crisis aplicando un salario mínimo interprofesional cada vez más alto?
¿En todos los países prósperos y con poco paro hay salario mínimo interprofesional? He estado indagando y no he encontrado toda la información que me hubiera gustado, pero tengo entendido que Suiza y Dinamarca, por poner dos ejemplos, no tienen establecido ningún salario mínimo interprofesional y sus economías están más saneadas que la nuestra.
¿Y qué pasa con los giros recientes en los que algún país ha cambiado de estrategia y ha aplicado o quiere aplicar el salario mínimo interprofesional? Sería el caso de Alemania. ¿Es por superar una crisis? Pienso que no. La economía es bastante saneada. ¿Puede planear sobre esta medida el populismo? Entiendo que sí porque también existe populismo en la política alemana; aplicar el salario mínimo interprofesional en Alemania es como un impuesto adicional a las empresas, pero un impuesto que se pueden permitir porque la economía va mejor que en España. Al mismo tiempo, muchos trabajadores se ven recompensados y eso genera pesebre de votos. Es, por llamarlo de alguna manera, un reparto de riqueza que genera votos. Reparto que no es posible si la economía no está saneada porque en sí mismo, el salario mínimo interprofesional no genera ningún tipo de riqueza.
Una última reflexión: En una economía de pleno empleo sin paro, el salario mínimo interprofesional beneficiaría a los trabajadores menos productivos (los otros ya estarían cobrando más). En una economía con paro, el salario mínimo interprofesional acaba perjudicando a quien pretende proteger: los trabajadores menos productivos. Pero nada de todo eso importa porque el salario mínimo interprofesional, funcione o no funcione, genera votos.Ramón Cerdá