Este montón de salchichas frescas me regalaron hace poco. Podía congelarlas en fresco o cocinarlas y luego congelarlas en porciones ya con su salsa. Mi marido no come grasas así que con esta cantidad de salchichas me salen unas cuantas porciones para mi. Como no se pueden comer a menudo sino que es un alimento de consumo ocasional me durarán bastante tiempo, estoy segura. He seguido una receta de Karlos Arguiñano con mis modificaciones como siempre, y me ha encantado.
INGREDIENTES
-18 salchichas frescas
-dos cebollas
-dos dientes de ajo
-dos botellines de cerveza
-perejil picado
-aceite de oliva y sal
-puré de patata casero para acompañar
PREPARACIÓN
Lo primero pinchamos todas las salchichas con un tenedor por distintos sitios para que salga la mayor parte de la grasa que después desecharemos. En una sartén grande, ponemos dos cucharadas de aceite y doramos las salchichas por los dos lados. Las vamos reservando. Yo tuve que hacer dos tandas como la de la fotografía.
Menudo montón de salchichas tenía en el cuenco, por lo menos treinta y cinco.
La grasa que haya salido la echamos en un vaso para desecharlo más tarde. En esa misma sartén ponemos dos cucharadas de aceite y cuando empiece a estar caliente echamos las cebollas cortadas en juliana y los ajos picados.
Dejamos pochar bien a fuego mediano con cuidado de que no se dore demasiado. Ponemos sal y cuando tengan un poco de color echamos la cerveza y medio vaso de agua y dejamos hacer la salsa unos cinco minutos.
A continuación la echamos en un cazo y la trituramos con la batidora. Ponemos las salchichas en una cazuela y vertemos la salsa. Llevamos la cazuela al fuego y dejamos que cueza todo junto unos tres o cuatro minutos a fuego suave.
Hacemos un puré de patata suave y lo servimos de acompañamiento. Espolvoreamos con perejil picado por encima.