Transformar algo cotidiano y transformarlo en algo extraordinario puede ser muy efectivo, y si no, que se lo pregunten a Pantene, que ha convertido los saleros en cabezas de chicas con un serio problema de caspa. Aunque he de decir que sólo el hecho de imaginar que estamos echando caspa a la comida no debe ser muy agradable... Aún así, creo que es una acción genial :)
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