Hacía siglos que no iba a Sorry Jacinta! (click aquí para leer mi primer experiencia), así que el pasado viernes surgió la idea de tener una salida de chicas con Cali, una vieja amiga (por los años que nos conocemos eh! jajaja), con cine incluído y se me ocurrió que podíamos darle el broche de oro cenando en Sorry Jacinta.Ya había hablado con Gustavo, su efervecente dueño, y coordinado la hora de la reserva pero como la película terminó más tarde (y con un final desastroso agrrr) llegamos a Sorry una hora después de lo pautado pero nuestra mesa aún nos esperaba, entre el resto de mesas colmadas por comensales que disfrutaban ya su cena.Gustavo nos recibió con la onda acostumbrada que, como ya les he contado, te hace sentir como que estás entrando en la casa de un amigo que te espera para cenar. Nos contó que no habría stand up esa noche, un stand up tan picante y efervecente como Gustavo y que aún espero conocer ya que las veces que he ido justo no ha sido el día.
Preferimos no pedir entrada, ya habíamos "atacado" popcorn en el cine jeje, por lo que pedimos solo plato principal: Cali optó por unos canelones de masa de espinaca (que yo probé y les conté en mi otra visita) y yo me dejé tentar por unos ñoquis de camote, que Gustavo presentó como "tan suaves como un souffle y con la textura de un puré". Como siempre la descripción tan apetitosa, quedó corta para lo delicioso de los platos.
Compartimos ambos platos, si...compartimos, esa es la ventaja de salir con amigas...no haces "cumplido" como se decía antes por lo que puedes comer de un plato u otro sin problema jajaja.
El mousse de chocolate coquetamente presentado con un After Eight y hojitas de menta, resultó ser una delicia (siiii...le robé un poco a Cali jejeje).Y mi Cauã Reymond, ¿que poder decir y ser sumamente honesta? las palabras faltan!!!!, un mousse de sambayón, piel de naranja confitada, frutos secos y una sorpresa en su interior que resultó ser hipnotizante pero que no te cuento así vas a probarlo.