Una de las debilidades de la mayoría de las empresas españolas es su poca ambición internacional. Casi todas están centradas en el mercado nacional y eso es precisamente lo que les hace vulnerables a la actual crisis, debido a la manifiesta debilidad del consumo interno. Basta con ver como las grandes empresas españolas compensan los malos resultados de su negocio interior con los beneficios que obtienen gracias a la presencia en otros paises para darse cuenta de que la internacionalización es una estrategia ya no de crecimiento sino defensiva y de diversificación de riesgo.
Lógicamente el salir al exterior tiene múltiples dificultades, inversión, barreras culturales, idiomáticas o, incluso, legales que hay que vencer. Además de la competencia de empresas ya asentadas en esos paises y del esfuerzo que supone la selección del nuevo mercado y el desarrollo de nuestra estrategia de penetración. Además de esto, a la hora de lanzarnos al exterior, debemos considerar ciertos aspectos mercantiles, laborales y fiscales que nos han de servir también de guía a la hora de lanzarnos a conquistar un nuevo mercado.
Si tenemos un planteamiento serio de penetrar en un mercado internacional debemos tener en cuenta ciertos aspectos iniciales sobre ese nuevo mercado, las circunstancias políticas y económicas del o los paises en los que queremos entrar, la legislación que puede afectarnos desde el punto de vista de nuestros productos, que permisos o licencias necesitamos para operar, etc.
Otro punto a considerar es qué figura jurídica utilizaremos para establecernos, no es lo mismo hacerlo a través de un distribuidor que a través de una sucursal, de una filial o crear una joint venture con un socio local.
Consultoría de servicios empresariales.
Asesoramiento fiscal, laboral, contable y gestión de empresas.
Formación y divulgación de la actividad empresarial.
Twitter: @rbasesoria
Si además vamos a necesitar trabajadores para el desarrollo de nuestro negocio en el extranjero debemos hacer un planteamiento de gestión laboral que incluye conocer la legislación laboral para la contratación de trabajadores en destino o, incluso ver qué modalidades hay para destinar a trabajadores de nuestra empresa aquí que puedan desplazarse a ese país a dirigir el proceso de establecimiento en ese nuevo mercado.
Por supuesto el aspecto fiscal y la gestión de los beneficios obtenidos y su integración en la parte española es también importante, de poco puede servir el esfuerzo inversor y de desarrollo en otro mercado si no cuidamos el aspecto impositivo correspondiente.
Todos estos puntos deben considerarse en el momento de tomar la decisión de salir al exterior. No hacerlo puede suponer el fracaso de nuestro intento.