Hoy he decidido "salir al laberinto", al menos al laboral, y para intentarlo he repartido unos cuantos carteles por mi barrio para buscar un pequeño ingreso extra, que en estos tiempos que corren no vienen nada mal, la idea es acabar dando clases particulares a un par de niños y sacarme unos eurillos. Espero tener suerte y, si no la tengo, pues a seguir buscando que ya llegará y sino que se lo digan a un amigo XD.
Hablando de eso, espero que esa suerte la encuentre yo algún día, porque lo que me ha ayudado a comprender ¿Quién se ha llevado mi queso? (gracias señorita Lemos ) es que el queso está constantemente en movimiento y que si no sales a por él algún día otro lo encuentra y se lo come. Sin embargo, creo que mi principal problema no es encontrar el valor para salir a buscarlo, sino que cuando llega el momento, cuando ya estás delante de un estupendo pedazo de queso que crees que te gusta y que va a satisfacer todas tus necesidad llenando con una sonrisa el final de tu almuerzo, lo verdaderamente difícil para mí es armarme de valor para pegarle el primer mordisco porque siempre me invade la duda de si sabrá amargo. Supongo que es un riesgo que hay que correr, pero me cuesta tanto...