Sally Gardner: "La dislexia no es una enfermedad, y no tiene cura. No es ni siquiera una discapacidad. Es sólo otra manera de ver el mundo"

Por Carmen F. Etreros

© Max Knight

Este semana llega a las librerías Las tres caras de la luna de Sally Gardner publicada por Nube de tinta. Una novela con la que la autora ha ganado el  Costa Children’s Prize y el apoyo de la crítica internacional. Una novela diferente que sorprende a todos sus lectores. Con su primera novela, I, Coriander, ya había obtenido el premio Nestle Children Book Prize Gold Award de 2005. Desde entonces, Sally Gardner (Birmingham, Inglaterra) no ha parado de escribir libros para niños y jóvenes. Como la propia Sally Gardner comenta "nací en Birmingham, Inglaterra muy cerca de la fábrica de chocolate Cadbury’s. En la escuela fui marginada porque era distinta a los otros niños: no sabía atarme los cordones de los zapatos o combinar mi ropa y me costaba horrores leer y escribir. A los once años me diagnosticaron dislexia y, después de repetir unos cuantos cursos, me llevaron a una escuela para alumnos especiales. Cuando todo el mundo ya consideraba que era un caso perdido, a los catorce años aprendí a leer, mi madre me prometió que si aprobaba la secundaria me dejaría entrar en una escuela de arte… ¡y lo conseguí! Me aceptaron en la prestigiosa escuela londinense Central St.Martin’s Art School, donde logré licenciarme en teatro con matrícula de honor".  La autora es todo un ejemplo de superación personal "trabajé en el mundo del teatro durante quince años, hasta que el impulso por escribir venció a mi amor por los escenarios y las bambalinas. Y escribiendo descubrí que la dislexia es como un cubo de Rubik: cuesta tiempo aprender a vivir con ello, pero una vez das con el truco, puede llegar a ser un magnífico regalo. Con mi primera novela, I, Coriander, gané el premio Nestle Children Book Prize Gold Award de 2005. Desde entonces, no he parado de escribir libros para niños y jóvenes".
En una entrevista concedida a Publisher’s Weekly la autora explicó: P. ¿De dónde salió la idea de la novela? R. Había acabado de escribir The Double Shadow, que está ambientada entre la primera y la segunda guerras mundiales, y estaba fascinada con los escenarios hipotéticos, tipo: ¿Qué habría pasado si…? Había leído una historia que no me abandonaba, Winston Churchill había sido atropellado por un taxi cuando cruzaba la Quinta Avenida. Si hubiera estado dos centímetros más adelante, le habría impactado de pleno y probablemente no habría sobrevivido. ¿Qué le habría pasado al mundo si hubiera muerto? Empecé desde ahí sin saber hacia adónde iba, pero lo que escribí no funcionaba, estaba lleno de agujeros. Entonces, surgió la voz de Standish y me salvó, porque fue su visión del mundo lo que hizo que la historia funcionara.
P. Standish es, como usted, severamente disléxico. Recoge palabras y domina un amplio vocabulario en parte porque tiene muchos problemas para leer. ¿Fue esa su experiencia? R. Es curioso, pero escribí la historia, la terminé, la envié a Hot Key [su editor] y ellos me dijeron: « Oh, es disléxico, ¿no?». No me había dado cuenta, y no lo había hecho porque es como yo. Su voz era yo.  P.¿Había escrito antes una historia con protagonista disléxico?  R. Es la primera vez que lo hago, es la primera vez que escribo un libro que es coherente con la manera en que veo el mundo.
P. Pero, usted defiende apasionadamente a la gente que tiene dislexia, ¿no? R. La dislexia no es una enfermedad, y no tiene cura. No es ni siquiera una discapacidad. Es sólo otra manera de ver el mundo. Incluso la palabra es ridícula porque nadie con dislexia puede deletrearla. El problema con meter un cargamento de niños en un grupo etiquetado «discapacitados» es que su confianza resulta tan dañada por la negatividad de sus profesores y sus pares que no pueden centrarse en nada que no sea su supervivencia. Ha de haber otra manera. Ha de haber maneras multisensoriales de educar a los niños, formas visuales de enseñar, así los niños no se sentirán perdidos.
Las tres caras de la luna de Sally Gardner. Traducción de Victoria Alonso Blanco. Trade TB con solapa, 208 pp., 14,95 €.
Una Gran Bretaña posible, años 50. Desde la desaparición de sus padres, Standish Treadwell vive con su abuelo en la Zona Siete, el lugar donde acaban quienes no comulgan con el brutal régimen de la Patria. Quince años y su vida es ya un infierno. Afortunadamente, Héctor, su nuevo vecino, su pronto amigo, su casi hermano, le ayudará a sobrellevar esa carga. Hasta que un día desaparece junto a los suyos, en un momento en el que la Patria aspira a demostrar su supremacía técnica sobre los países corruptos. Contra todo pronóstico, será Standish el que encuentre el camino para rescatar a su amigo y desenmascarar el fraude patriótico. Aunque deba pagar un altísimo precio.