Salpingoclasia o ligadura de trompas

Publicado el 17 junio 2011 por Pequelia @pequelia

La salpingoclasia es un método anticonceptivo en el cual se liga y secciona la salpinge uterina (estructura en la trompa de falopio) para evitar que el espermatozoide anide en el óvulo. Antiguamente este método era irreversible, pero actualmente se puede ligar sin cortarlas. Es un método que no provoca ningún tipo de efecto contra la salud, ni alteraciones en la sexualidad o producción hormonal de la mujer.

Las mujeres que se más acuden a este método son las que ya han tenido un gran número de hijos y quiere minimizar los riesgos de volver a quedarse embarazada todo lo posible. Es necesario para su realización una intervención quirúrgica. Por ello es necesario que se tome la decisión de una forma consciente, pues la ligadura de trompas es practicamente definitiva. Antes de tomar esta decisión informate de otros métodos como el implante anticonceptivo subcutáneo o el DIU, que son sistemas de prevención de larga duración.

Existen dos técnicas para realizar la salpingoclasia:

  • Minilaparotomía
    Consiste en hacer una incisión en el abdomen para localizar las trompas y se extrae una porción de estas, sellándose sus extremos.
  • Laparoscopía
    En este procedimiento se introduce dióxido de carbono o gas de óxido nitroso, creando un espacio entre intestinos y abdomen. Finalmente se adhiere por debajo del ombligo un aparato fino de acero inoxidable llamado laparoscopio. Debajo de la primera incisión se hace otra igual para cortar y sellar las trompas mediante corriente electrica. Los laparoscopios más recientes solo necesitan una incisión y no dejan apenas cicatrices visibles.

La efectividad de la ligadura de trompas es del 99%, es decir, hay un índice de fracaso en estas operaciones alrededor del 1%, esto se debe a errores durante la cirugía o a un material defectuoso.

Actualmente existe la llamada “cirugía reversible“, que ofrece la posibilidad de restaurar las trompas para volver a procrear. No obstante, debe tenerse en cuenta que la mayoría de las veces no se reestablece la fertilidad.

Foto:
Pedro Guridi