El guacamole es una de esas cosas que te soluciona la vida cuando necesitas un "algo" rápido de picoteo: tan simple como trocear unos pocos ingredientes y acompañarlos de unos snacks.
Además el aguacate, el ingrediente principal, tiene un montón de aportes minerales para el cuerpo y es muy sano. Dejémonos de comprar botes de guacamole y hagámoslo en casa... en menos de cinco minutos lo tienes hecho, garantizado.
En cualquier caso, como yo soy así de especial, he decidido no hacer un guacamole estándar. El estándar lleva limón y chile, pero como yo no tenía, lo he sustituido por otros ingredientes. Al fin y al cabo, cada cual en su casa es muy libre de crear, así que inspírate y... adelante :D
El material usado:
- Un recipiente
- Mortero
Los ingredientes:
- Tomate
- Cebolla
- Aguacate
- Tequila
- Yuzu
- Wasabi
- Pimienta de Sechuán
El proceso:
Lo primero que deberemos hacer es abrir el aguacate. Un corte longitudinal para partirlo en dos mitades iguales, girar y separar. Ahora tenemos el hueso en un lado y en el otro nada. "No problemo", tan simple como sacarlo a cucharilla o, si se resiste, darle con un cuchillo un golpe para que se clave, girar y sacar.
Pondremos toda la carne del aguacate en el recipiente y con un tenedor o similar lo espachurraremos. Obviamente, es importante que el aguacate esté madurito o si no os quedará un desastre.
Cortaremos la cebolla (cada cual a su gusto, yo he usado un cuarto de cebolla por cada aguacate) en brunoise, es decir: chiquitito chiquitito en daditos. Lo uniremos al aguacate y removeremos.
Para darle el aporte cítrico, utilizaremos concentrado de yuzu (ya sabeis, el cítrico japonés que es como los limones españoles de hace 20 años). Obviamente podéis usar limones normales o cualquier otro cítrico que os inspire.
Para el toque picantón del jalapeño, chile o similar, usaremos una combinación de wasabi (muy poquito) y unos pocos granos de pimienta de Sechuán previamente pasados por el mortero para hacerlos polvo.
El tomate por su parte, sin abusar, lo cortaremos también en dadito e incorporaremos con todo lo demás. Finalizaremos con un toque golfo que no es necesario, pero que le dará un toque especial: una cucharada sopera de tequila. Como siempre os digo: usad un buen tequila y no seais cutres :)
La finalización:
Cuando ya lo tengamos todo bien mezclado y molido, sólo tendremos que meterlo bien tapado al frigorífico (tapado con film transparente bien pegado al guacamole) y esperar a usarlo.
Consejos y apuntes finales del chef:
¿Qué tal un chorrete de aceite de oliva fuerte por encima para rematar el asunto? Yo no lo he hecho, pero seguro que le da un toque delicioso...