Salsas generales: cítricos y especias
Los cítricos y los pescados casan a la perfección. De hecho, muchos platos de mariscos y moluscos se acompañan con medio limón para poderlo enderezar sobre el pescado. De esta manera, se potencia el sabor del marisco. Por ello las salsas a base de cítricos, como el limón, se recomiendan para recetas con merluzas, lubinas o rape.
Además, aquellas salsas que hacemos básicamente con especias también suelen complementarse muy bien con los pescados. Es el caso de la albahaca o el perejil, que podemos aderezar en una dorada con una rodaja de limón y unas patatas hervidas de acompañamiento.
Internacionales
La salsa tártara es conocida por todos. Es realmente la indicada para ciertos pescados. Pero más allá de esta hay algunas variedades que se realizan con mostaza y azafrán, siendo el resultado realmente delicioso.
Directamente de Francia, llega la salsa rouille, que mezcla aceite, azafrán, vinagre, huevo, ajos, pan… obteniendo una especie de mayonesa casera que se suele ofrecer en pescados preferentemente blancos. Aunque es un alimento que cada vez se emplea más en la cocina española, el mango se sirve en muchos otros países. La salsa de mango es toda una innovación para determinadas carnes, como los pescados.
Salsas orientales
Las salsas orientales suelen llevar diversos condimentos para pescados. Un claro ejemplo es la salsa thai, que también mezcla algunos cítricos como la lima o la soja, para potenciar el sabor. La salsa thai se utiliza para aliñar pescados y mariscos, dándole un toque exótico a diferentes platos de mariscos y conchas.
La salsa de soja en general es empleada para muchos tipos de pescados, más allá del sushi y el tataki de atún. La mezcla de la soja con los cítricos es fuertemente degustada en Oriente y aquí la hemos adaptado para salmones o atunes. Si la salsa está marinada, siempre es mejor.
En ciertos países, como Tailandia, el coco forma parte de la base de una gran parte de los platos. Las salsas de coco las podemos emplear mezcladas con especias para regar salmones o langostinos. El sabor es, quizás, algo fuerte y puede llegar a ser indigesto, por lo que se contrarresta añadiendo un poco de cítrico o frutas.