Para hacer la excursión al Salt del Mir, habíamos estado unos días alojados en el Camping Vidrá, un lugar tranquilo para familias. No me he equivocado, a pesar de haber bastantes niños, estuvimos muy bien y nos lo pasamos en grande. Otra de las excursiones míticas de la zona es la del Salt del Molí, que hicimos al día siguiente de llegar. Antes de irnos íbamos a realizar una de las más bonitas de la zona, la ruta al Salt del Mir.
Cómo llegar al inicio del Salt del Mir
Lo mejor es ir en vehículo propio para llegar al inicio de la ruta del Salt del Mir. Si vas desde Barcelona, tendrás que acercarte a través de la carretera C-17 hasta Sant Quirze de Besora. Desde este pueblo deberás ir por la carretera BV-5227, al cabo de 1,5kms a la derecha sale una pista. El cartel no es muy grande y pone “Els pous, el Nogué, el Molinot i El Mir.
Aparcar para ir al Salt del Mir
Para aparcar es otra historia, si no tienes reserva en el restaurante la Cabanya del Mir (646 24 73 69), no te aventures. Si es un fin de semana suele estar hasta arriba y no podrás aparcar a no ser que hayas reservado mesa previamente. Nosotros nos tuvimos que dar la vuelta, bueno solo Quim, con el coche para aparcarlo donde pudimos. Ya que la dueña nos dijo, con pocas ganas, que no había sitio y estaba lleno.
Cuando volví de aparcar el coche, me encontré con un hombre bastante mayor de unos 80 años creo yo. Resulta que él y su familia habían gestionado uno de los molinos de harina cuando funcionaban junto al Salt del Mir. Se turnaban para moler el grano, también había una generador que aprovechaba la fuerza del agua para producir energía, en aquella época 125V.
También me contó que en ocasiones tenían que reparar averías y cambiar la dinamo. En aquella época no había coches ni medios mecánicos para llegar hasta los molinos del Salt del Mir, todo se hacía con animales. Era un trabajo duro y tedioso, pero me encantó como lo contaba y como conseguían resolver los problemas a pesar de las dificultades.
Excursión al Salt del Mir
Una vez todos juntos de nuevo, comenzamos la excursión al Salt del Mir. La ida es cuesta abajo por lo que no entraña gran dificultad, en general no es una ruta difícil y es bastante asequible, no tiene apenas desnivel. Entre ir y volver se tarda 1h 30, también depende del tiempo que estés junto al Salt del Mir o si te bañas en alguna de las pozas que hay en el río.
Después de pasar por un lugar en el camino con un cable para que no cruce el ganado, llegamos a una abertura en el camino, como una plaza. Hay que ir por el camino de la izquierda, siempre hacia abajo. Al poco tiempo llegarás a los primeros restos de un antiguo molino. Más abajo hay más edificios abandonados, en total había tres molinos harineros junto al Salt del Mir.
Cuando llegues a la altura del más grande, un poco más abajo el camino se divide en 2. El de la izquierda va a un mirador, nosotros fuimos pero apenas se ve nada, no merece la pena. El de la derecha desciende hasta la riera en la que se precipita el agua de el Salt del Mir.
El Salt del Mir
Hacía dos días habíamos hecho la excursión al Salt del Molí y nos había encantado. Pero el Salt del Mir aún es más espectacular. Una preciosa cascada de unos 35 metros de altura llena de vegetación alimentada por el agua que resbala por la pared. El lugar está protegido por los muros que hay junto a la cascada. Nos quitamos las botas de montaña y estuvimos un rato remojando los pies mientras hacíamos fotos.
El suelo resbala bastante en algunos puntos, si puedes llevar calzado adecuado para el agua mejor, sobre todo por las piedras y por los patinazos. Estuvimos bastante rato disfrutando del entorno y por desgracia tuvimos que abandonar este precioso lugar. Hicimos el camino de regreso con muuuucha tranquilidad. Éric quería hacer fotos con la cámara réflex y se iba parando continuamente.
Cuando estábamos cerca del restaurante, me adelanté para recorrer los 10 minutos que nos separaban desde la Cabanya del Mir hasta el lugar en el que había aparcado el coche. Por suerte aún seguía bajo la sombra, hacía bastante calor. Recogí al resto del equipo y nos alejamos de la zona para buscar un lugar donde comer algo.
Comer cerca de El Salt del Mir
Para comer puedes acercarte al pueblo de Vidrá, no hay mucha oferta, puedes comer en el Camping Vidrá o el el Hostal Serrasolses y luego dar un paseo por el pueblo. Nosotros como estábamos volviendo a Barcelona decidimos parar en el pueblo de Santa María de Besora. Hay tres lugares en los que poder comer. Nosotros paramos en Ca La Mati, regentado por una mujer muy simpática y agradable. Comimos una patatas hojaldradas riquísimas y las croquetas estaban muy buenas. Por desgracia para los visitantes se jubila en agosto de 2022.
En frente hay un parque infantil en donde poder jugar y también hay una iglesia barroca del siglo XVIII. Estuvimos un rato jugando y nos volvimos a casa. Si no encuentras sitio para comer aquí, en Sant Quirze de Besora que es más grande seguro que encuentras alguna mesa libre.
Qué más hacer aprovechando la visita al Salt del Mir
En esta zona hay un montón de lugares para visitar que te encantarán. Como hemos comentado antes puedes hacer la excursión al Salt del Molí. Incluso si llegas con tiempo podrías hacer las dos excursiones el mismo día. También puedes hacer un circuito de orientación permanente en Vidrá, en realidad son dos. Uno corto que recorre el pueblo y lugares cercanos y otro más grande. El plano lo puedes recoger en alguno de los locales que hay en el pueblo, como el horno de pan que hay junto a la plaza grande o en el camping.
Si vas en dirección Barcelona, a la altura de Gurb, hay un bosque encantado muy chulo. Es ideal para ir con niños ya que hay algunas figuras durante el trayecto muy bonitas que puedes ir descubriendo.