Alguien me dijo una vez que hay dos tipos de miedo: el que te hace ser prudente, y el que te paraliza. Uno es bueno, porque nos mantiene alerta, no nos deja que nos confiemos; el otro es el malo, el que no nos permite reaccionar, el que no nos deja avanzar. Zancadilla tras zancadilla. Una y otra vez. El truco para sobrevivirlos está en convertir el miedo malo en medio bueno. A veces los cambios, las decisiones importantes o los problemas y retos a los que tenemos que enfrentarnos, nos traen ese tipo de miedo malo que nos hace sentirnos superados. Pero a veces hay que cerrar los ojos, apresurarse al vacío y saltar. Saltar aunque parezca que vamos a caernos, saltar aunque eso implique arriesgarnos y salir de nuestra zona de confort. Saltar. Aunque dé miedo o aunque duela.
Hoy, como cada viernes, sigo completando la colección de cosas buenas para tiempos no tan buenos, con una canción que me encontró el otro día. Sonaba en el momento en el que, por enésima vez y pasando del miedo malo, decidí reanudar mis clases de conducir. Me subí al coche y ahí, en la radio, Ariel Rot con Tequila.
Hasta el lunes, almas cándidas :)
NOTA: Hoy se cumplen 70 años del Día D. Por todos lados hablarán de las fotografías de Robert Capa. Yo hablé de él AQUÍ.