Todas las personas que viven en nuestro país tienen derecho a atenderse en un hospital. Sin embargo, para las que migraron de naciones limítrofes se levanta, como en otros ámbitos, un muro. Casos de mujeres que soportan la doble exclusión.
(FUNDAMIND).- “No tengo documentos ni partida de nacimiento. Solamente mi pasaporte y la residencia precaria. Llegué a ir con una hernia y un dolor muy fuerte pero no me quisieron atender por no tener los papeles. Somos marginados, en algunos hospitales nos tratan mal porque somos peruanos, bolivianos…”.
Ella es de Perú. Se llama Angela, tiene un hijo con VIH y, con 67 años, ya no puede trabajar en el servicio doméstico, por lo que junta latas y papeles para vender. A sus dificultades físicas se suma la exclusión que sufre en algunos centros de salud por su condición residente.
Casos como este se repiten entre personas que cargan varias categorías de desigualdad: mujeres, inmigrantes, sin documentos argentinos… Luchan contra la discriminación y la indiferencia, si bien muchas veces tanto ellas como quienes les niegan el acceso a la salud o a otros derechos son víctimas del desconocimiento.
Haydee vino de Paraguay hace unos 17 años. Tuvo una hija y, hace cinco, otra producto de una violación, a raíz del cual desarrolló lo que denomina “un cáncer emocional”. “Antes de eso, si iba a un hospital, me decían ‘Por qué no te volvés, encima que no nos da nada tu gobierno venís acá’. Veían mi documento de 6 números, me escuchaban que no hablaba igual que ellos y decían ‘Ah, sos extranjera’”.
A partir de esa traumática experiencia vivida, el trato cambió, como si la tragedia le abriera las puertas del derecho efectivo a ser atendida. “Me empezaron a recibir de otra manera, los médicos me llaman a ver cómo estoy …”, cuenta esta mujer de 44 años que después de aquel episodio sólo encontró asistencia psicológica y social en FUNDAMIND.
Esta fundación trabaja desde hace 21 años con mujeres inmigrantes y les ayuda a conseguir su documentación argentina; cuida y alimenta a sus hijos -en riesgo- de entre 2 y 3 años y las asiste en cuestiones de educación y salud, y sobre todo el tratamiento y prevención del VIH. En el barrio Balvanera, donde está ubicada la ong, hay casi 100 infectados por 100 mil habitantes, una de las tasas más altas de la Capital Federal, según un informe epidemiológico de la Coordinación SIDA de la Ciudad de Buenos Aires.
Profesionales de FUNDAMIND señalan que el rechazo en hospitales públicos a los inmigrantes sin papeles está decayendo de a poco, aunque todavía les siguen llegando casos. “Tiempo atrás, las situaciones fueron muchas, e incluso llegamos a acompañar a una mujer porque no querían atender a su nena. También había `matrimonios por conveniencia`, para que las mujeres pudieran obtener medicamentos y beneficios sociales a través de sus esposos”, cuenta Marisa Mujica, psicóloga de la institución.
A pesar de este panorama, en Argentina está reglamentada desde hace un año la Ley de
Migraciones (Nº25.871) aprobada en 2003, según la cual “no podrá negársele o restringírsele en ningún caso el acceso al derecho a la salud, la asistencia social o atención sanitaria a todos los extranjeros que lo requieran, cualquiera sea su situación migratoria”.
Día Mundial de la Salud
El 7 de abril de cada año, el mundo celebra el Día Mundial de la Salud. Ese día, en todos los rincones del planeta, cientos de eventos conmemoran la importancia de la salud para una vida productiva y feliz.
Reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, y combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades son algunos de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio que todos los Estados Miembros de la ONU se han comprometido a cumplir para el año 2015.
La salud no es simplemente la ausencia de enfermedades. Es un estado de satisfacción física, mental y social, define la OMS, creada el 7 de abril de 1948.
Fuente: lanacion.com.ar