Podemos encontrar azúcar por todas partes y es por esto que muchos profesionales de la salud y educativos están creando cada vez más conciencia sobre cómo el azúcar es una sustancia adictiva.
El azúcar se está convirtiendo en un problema cada vez mayor en la población infantil, ¿Realmente engancha a los niños?
Existen estudios neuroquímicos que han demostrado que el azúcar tiene en el cerebro el mismo efecto que la cocaína. Los impactos de azúcar en los sistemas de recompensa del cerebro hace que se sienta como algo placentero su consumo, y en los seres humanos cuando algo nos gusta, lo repetimos.
Cuando se consume demasiado azúcar refinado, con el tiempo se entumecen los receptores del neurotransmisor de la dopamina, que es clave para sentir satisfacción. Cuando se reduce la tolerancia al azúcar se necesita más y más para poder alcanzar los mismos niveles de satisfacción.
Las enfermedades que se pueden ocasionar con el consumo excesivo de azúcar incluyen pérdida de concentración escolar, su rendimiento escolar baja de manera considerable, alteración del metabolismo, del corazón y de los dientes, obesidad infantil y diabetes.
En cambio al dejar de consumir el niño o adulto está más alerta, tendrá mejor disposición tanto emocional como física para prestar atención, mejoraran las habilidades mentales, la memoria, la concentración y la percepción de lo que sucede a su alrededor, ya que el cuerpo está menos ocupado digiriendo azúcar y menos ocupado recibiendo estímulos externos que la vida nos ofrece.
Como padres tenemos mucha responsabilidad sobre lo que comen nuestros hijos, por eso, es necesario que la alimentación en el hogar sea saludable limitando las comidas o bebidas azucaradas.
Si los niños toman menos azúcar, la vida en la escuela será más fácil y en el hogar también. Los estados de ánimo de los niños no serán tan cambiantes debido al exceso del consumo de azúcar.