Ya es lástima que por pereza esté retrasando el momento de alcanzar en julio, pudo ser en junio, toda la producción del año anterior, 47 post, se dice pronto. Me resulta fácil escribirlos. Tengo un amigo que me dice que me lo curro poco, que si puliera más lo que escribo hasta él se molestaría en leerme. Puede que tenga razón.
No tengo problemas para dar la razón a quien la tenga y la muestre, más problemas parezco tener, de hecho los tengo, para que eso vaya a generar algún cambio en mí. «Sí, tienes razón (pero yo seguiré haciendo lo mismo)», «pues para eso por lo menos discute…»Podría perfectamente publicar este post y tirarme a la bartola, en lo que al blog se refiere, lo que resta de año, o de vida. Yo no cambio fácilmente y, sin embargo, sí consigo apreciar cambios en mí, que me interesan. Se me van quitando las ganas de andar comunicando nada. Hago preguntas aquí que rara vez obtienen respuesta, planteo temas que no interesan, escribo y escribo para permanecer en el mismo lugar, uno poco convincente si me conocieras bien.Ayer volví a ver a un compañero de trabajo, alguien gentil como pocos he conocido. Al sentarme en su coche nos preguntamos qué tal, como hacen las personas de bien. El contestó que «feliz, feliz como siempre», qué gusto, yo contesté que no estaba muy contento; él tiene su agenda de trabajo llena y yo cuasi vacía… a quién valdría la pena escuchar más: ¿al feliz o al infeliz? Luego resulta que el feliz no tiene ni piensa en tener un blog pues la felicidad y la vida, la suya y la de los demás, consume toda su energía.Contestar a la pregunta sobre cómo estaba me obligó a mirar un poco más allá para tomar conciencia de que a mi familia le va bien, a nivel laboral, académico, de salud… cuestiones esenciales en las que por lo que se ve me cuesta algún trabajo reparar sin que nadie me lo pregunte.Ya está, 47. Cuota cumplida. Ya sabéis lo que me gustan las paradojas y asegurado ya un número de publicaciones que demuestre la buena salud del Blog me despido, por si acaso, para los restos. Quizá consiga ser tan feliz que no sienta el más mínimo impulso de escribirlo, ni encuentre tiempo tampoco.Sigue siendo feliz tú también, ahora entiendo que no contestes.