De entrada me he quedado sorprendida, no tenía ni idea de que algo así existiera.
Después me pareció un poco mal. Qué madres más despegadas las que contratan este servicio, ¿no? Luego, dándole más vueltas, no he sabido qué pensar. Quizá sea algo bueno. Algo parecido hizo mi madre para ayudarme cuando llegué a casa tras dar a luz al Chiquinini. Se quedó dos noches en casa y ella estaba pendiente del bebé, me lo acercaba para las tomas, etc. porque nosotros llevábamos cuatro noches sin dormir, entre los pródromos del parto, el parto, y el hospital. Y su presencia me dio mucha seguridad y tranquilidad, pues yo nunca había tenido contacto con un recién nacido y cualquier ruidito que hiciese, por ejemplo, me preocupaba. Fueron sólo dos noches, pero una gran ayuda.
Así que quizá las Salus son una buena opción para quien no cuenta con otra ayuda más cercana, o para partos múltiples, o para mil situaciones que ahora no se me ocurren.
Por supuesto está el otro lado de la moneda, el de excederse en el uso de este sistema y que otros crien al niño, o confiar en ellas a ciegas y que lo que ellas digan siente cátedra.
Bajo mi punto de vista en caso de necesidad, más vale contratar a alguien para que se ocupe de los quehaceres domésticos y ocuparnos nosotros de nuestro bebé, lógicamente.
Vaya, que me ha parecido algo muy pero que muy curioso.“Por la noche cuando las Salus llegan al domicilio, se encargan del bebé, lo bañan, les dan masajes, preparan los biberones, les dan de comer, les ayudan a echar los aires y los enseñan a dormir por las noches, depende del peso y del bebé, es el tiempo de duración para que adquiera el hábito.Si la mamá decide darle el pecho, hacen las mismas funciones, salvo cuando es la hora de la toma que se lo llevan a la mamá para que los alimente (última toma), en la toma de la madrugada, se le da un biberón con leche de la mamá, con el fin de esta descanse por la noche”.