Revista Comunicación

Salvador Sostres también teme a las denuncias falsas

Publicado el 24 septiembre 2014 por The Greedy Ugly People

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Todavía no comprendo cómo es Salvador Sostres uno de los columnistas estrella del segundo diario más leído de España. Dicho esto, prosigo a explicar el motivo de mi indignación más reciente.

Hace unos días, el periodista dedicaba uno de sus artículos de opinión a la chica del caso de la violación de Málaga, que ha confesado recientemente que la denuncia era inventada. Según ella misma, lo hizo porque tenía miedo de que el vídeo que grabaron los chicos contra los que la interpuso saliera a la luz.
Independientemente de la sentencia, tengo algunos problemas con la forma en la que se ha tratado el caso en los medios. Éstas son dos de las cosas que, en mi opinión, no puedes hacer cuando estás hablando de una violación y que se han repetido a lo largo de las semanas a raíz de lo de Málaga.

  • Describir con pelos y señales las prácticas sexuales en las que estuvo involucrada la chica. Hacer hincapié en si hubo sexo anal o felaciones no aporta ningún dato relevante, es más, airean la privacidad de una persona por el simple morbo de hacerlo y deja entrever que “felación” implica “sexo consentido” por alguna razón que se me escapa.
  • Decidir que el hecho de que ella estuviese riendo, bailando o bebiendo con los chicos es un argumento más que evidente para decir que la violación es imposible. Lo mismo con el vídeo: dar por sentado que una relación en principio consentida no puede dejar de serlo es muy peligroso y, por desgracia, muy común.

Como ya esperaba, ésta no ha sido precisamente la opinión de Sostres, que sostiene que la denuncia ha resultado en enormes ventajas para la chica (¿?). Por supuesto, no ha perdido la oportunidad de hablar sobre esas denuncias falsas de violación que siempre resultan en porcentajes sorprendentes y los cuales las instituciones acallan por miedo a la represión de las feministas radicales.

Como medida perfectamente lógica Sostres, un hombre ya maduro aunque se dedique a llamar carcamales al resto, propone que a todas denuncias falsas (bueno, sólo a las de violencia de género y violación que ponga una mujer) sean castigadas con la pena máxima pedida para el hombre denunciado.

Si cada mujer que va a poner una falsa denuncia de maltrato o de violación supiera que si es descubierta en su infamia el castigo será el mismo que tan injustamente buscaba infligir a un hombre inocente, sin ninguna duda las escandalosas cifras españolas que pretenden presentar al macho como a un asesino en potencia, se verían claramente disminuidas y viviríamos en un país más libre y menos secuestrado por el terrible determinismo, que es un inequívoco modo de totalitarismo.

Es posible que se disminuyesen las cifras, sí, pero no precisamente por las razones que da el articulista. Si una mujer que denuncia un maltrato o violación que se han producido pero de los que no tiene –o de los que no cree tener- pruebas suficientes sabe que tiene todas las papeletas de no ser creída, desde luego que se lo va a pensar más. Las mujeres maltratadas ya se enfrentan a suficientes problemas a la hora de denunciar, como para poner aún más trabas. No sé por qué, pero lago me dice que Sostres y el resto de grandes defensores de las denuncias falsas ya saben esto y de hecho es lo que buscan.

Según los datos del CGPJ, el 0,01% de las denuncias por violencia de género son falsas- denuncias de las cuales la Fiscalía General del Estado lleva un seguimiento desde el año 2009. Ante esto, los negacionistas de la violencia de género suelen argumentar que también existen denuncias archivadas o no probadas verdaderas.

Evidentemente, para cualquiera que comparta su opinión de que las mujeres somos seres malvados y ruines, siempre a la espera de una oportunidad para hundir la vida de cualquier hombre, cualquier denuncia sin sentencia condenatoria es automáticamente falsa. El problema es que la realidad nunca es tan sencilla, cosa que, una vez más, creo que ya saben.

El hombre, el macho, está en evidente situación de indefensión en España y cualquier acusación contra nosotros es aceptada como válida sin que ninguna comprobación sea necesaria.

Bueno, que en este tipo de delitos, especialmente complicados de probar, se opte por creer en un principio las declaraciones de la víctima no significa que los hombres estén desprotegidos. No sé qué entenderá Sostres por indefensión, tener la posibilidad de ser violada sin credibilidad alguna a la hora de denunciar se acerca bastante a lo que entiendo yo.

Por cierto: “el hombre, el macho”. ¿En serio? Go home Sostres, you’re drunk.


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