Acabó
el año Dual Rusia-España, y como si de una broma pesada se tratara, el Teatro
de Cámara de Chéjov de Madrid, el único espacio que difunde el teatro ruso en
España desde hace 33 años, se ve obligado a cerrar sus puertas por problemas de
financiación, agravados este último año por los fuertes recortes aplicados a las
subvenciones autonómicas destinadas al ámbito cultural. Su director, Ángel Gutiérrez,
uno de los niños enviados a Rusia durante la Guerra Civil española, y su equipo
de actores, llevan meses intentando reflotar un sueño. La desaparición de
escena de este teatro significaría un atropello contra la cultura que se
escribe con mayúsculas.
“¿Qué más puedo hacer?”, pregunta Ángel Gutiérrezconsternado. “¿Qué más me queda por demostrar
ahora que voy a cumplir 80 años? Este teatro ha triunfado en España, en
Alemania, en Estados Unidos, por supuesto en Rusia, dónde el público nos adora.
No cobro un sueldo, vivo de mi pensión, los actores trabajan gratis, ¿qué más
hay que hacer?” Y es que la subvención
anual que recibía la escuela y el Teatro de Cámara de Chéjov de la Comunidad de
Madrid, con la que apenas se cubrían gastos de alquiler, y mantenimiento del
espacio, se ha visto reducida a la mitad sin previo aviso. Un hecho que resulta
paradójico si echamos una mirada al año 2010 cuando Ángel Gutiérrez recibía de
manos de Esperanza Aguirre el premio a la Tolerancia. En aquel acto la
presidenta de Madrid alabó su trabajo en favor del acercamiento de dos pueblos,
Rusia y España, a través de las obras que había dirigido durante su larga
trayectoria profesional. “Y es un honor para los madrileños que haya elegido
Madrid para ejercer su vocación con libertad, lejos de la censura que padeció
en otros tiempos” reconoció entonces Aguirre durante su intervención. “En aquel
acto, sólo pedí que los años que me quedaban por vivir, tener la oportunidad de
continuaracercando al público el legado
de Chéjov y de Valle Inclán. Con eso, me sentiría realmente recompensado”. Sin embargo, a día de hoy, este deseo personal
se ha visto truncado por los recortes aplicados a la cultura en Madrid. La
ayuda pública ha llegado a un año vencido y reducida a la mitad. “Nos han
pedido disculpas por no habernos comunicado con tiempo el recorte, argumentando
que estaban volcados en las elecciones. Pero la vida no se para por unas
elecciones. Nosotros hemos seguido trabajando y ahora tenemos esta situación
tan desesperada. Debo dinero al banco y si no recibo un apoyo por parte de la
Administración, solo me quedará cerrar el teatro al que he dedicado mi vida, e
hipotecar mi casa. La situación actual es insostenible.”
Ángel Gutiérrez fue un niño de Rusia que con apenas seis
años embarcó rumbo a la Unión Soviética. Allí cuando apenas era un adolescente
de nuevo se enfrentaría al horror durante el cerco de Leningrado. Estudió en la
Academia Estatal de Teatro de Moscú, en la que después fue Catedrático de
Interpretación y Dirección durante 18 años. También en la capital rusa, cursó
estudios de dirección de cine.
Los que tenemos la suerte de habernos encontrado con
Ángel Gutiérrez, sabemos que energía le sobra a este asturiano-ruso. “He
padecido hambre, frío, piojos y chinches; represión y censura, tanto en Rusia
como en España, pero soy una persona que no teme las adversidades, pero también
soy un artista, y si me quedo sin teatro es como si me quedara sin aire.” Llegó
de la Unión Soviética a principio de los 70 con la idea de fundar su propia
compañía de teatro, El teatro de Cámara de Chéjov. Cada obra estrenada
(Moliére, Chéjov, Dostoievsky, Shakespeare, Lope de Vega…) se transformaba en
un éxito de público, y la calidad de su compañía recibió constantes
reconocimientos de críticos de la talla de Lorenzo López Sancho oÁngel Fernández Santos. Diez años más tarde,
en 1989, abrió su propia escuela de interpretación, heredera del método
Stanilavsky. Por ella han pasado actores como Marta Belaustegui,Fele Martínez o Eduardo Noriega.
En las palabras de Ángel Gutiérrezno existe el menor atisbo de acritud, tan
solo denotan una profunda decepción. “El año Dual se ha olvidado del Teatro
Chéjov. Ni siquiera estamos dentro del circuito de teatros de la
Comunidad de Madrid.” Sin embargo, Ángel Gutiérrez no está dispuesto a tirar la
toalla, confía firmemente en que aún existe una solución. Este hombre sencillo,
fuerte, enemigo de premios y carente de vanidad acaba la conversación con unos
versos de un poeta turco, Nazim Hikmet: que
fue amigo suyo: “Si tú ardes, si él arde, si nosotros ardemos, ¿Quién iluminará
esta noche?” Esperemos que el Teatro de Cámara de Chéjov situado en la calle
madrileña de San Cosme y San Damián, continúe iluminando el escenario de Madrid
muchas noches, muchos años.