El 21 de diciembre de 2016 fue, sin dudas, el peor diciembre posible para muchísimos de los gobiernos latinoamericanos: ese día se conoció la lista negra de los países a cuyos gobiernos y partidos —de izquierda y de derecha— Marcelo Odebrecht y ejecutivos de su Organização habían repartido cientos de millones de dólares —y ganado miles de millones.En Perú, las denuncias del magnate brasileño —“delaciones premiadas”— involucraron desde el inicio a los expresidentes Toledo —con orden internacional de captura—, García —en sus dos gestiones— y Humala. Ahora involucran al actual mandatario, Kuczynski, contra quien la oposición —sobre todo Fuerza Popular, dominante del Congreso pero ensombrecido por la corrupción del período fujimorista— ha pedido renuncia, algo que han intentado desde FP desde que perdieron las elecciones bloqueando permanentemente al gobierno y que, ahora, suponen es el momento que han esperado tanto.Aunque Kuczynski renuncie o no, la gobernabilidad quedará aun más afectada, tanto por la presunción de corrupción —cuya lucha fue bandera de PPK— como por su creciente debilidad parlamentaria, dejando la posibilidad de comicios adelantados. Incluyendo que Keiko Fujimori, la líder de Fuerza Popular, también está denunciada en las coimas Odebrecht.
El 21 de diciembre de 2016 fue, sin dudas, el peor diciembre posible para muchísimos de los gobiernos latinoamericanos: ese día se conoció la lista negra de los países a cuyos gobiernos y partidos —de izquierda y de derecha— Marcelo Odebrecht y ejecutivos de su Organização habían repartido cientos de millones de dólares —y ganado miles de millones.En Perú, las denuncias del magnate brasileño —“delaciones premiadas”— involucraron desde el inicio a los expresidentes Toledo —con orden internacional de captura—, García —en sus dos gestiones— y Humala. Ahora involucran al actual mandatario, Kuczynski, contra quien la oposición —sobre todo Fuerza Popular, dominante del Congreso pero ensombrecido por la corrupción del período fujimorista— ha pedido renuncia, algo que han intentado desde FP desde que perdieron las elecciones bloqueando permanentemente al gobierno y que, ahora, suponen es el momento que han esperado tanto.Aunque Kuczynski renuncie o no, la gobernabilidad quedará aun más afectada, tanto por la presunción de corrupción —cuya lucha fue bandera de PPK— como por su creciente debilidad parlamentaria, dejando la posibilidad de comicios adelantados. Incluyendo que Keiko Fujimori, la líder de Fuerza Popular, también está denunciada en las coimas Odebrecht.