Sambal Oelek [Pica, y mucho]

Por Capitan_rabano @pardeguindillas

Una salsa que más bien es un ingrediente fundamental en la cocina indonesia y, en general, en la del sudeste asiático.


Hace unos cuantos meses que preparé esta receta para el blog salsero de Tito y el caso es que creo que también debería estar en el recetario de este blog, al fin y al cabo, no imagino un lugar mejor para una salsa hecha a partir de chiles. Aunque no se trate en puridad de una salsa.
En fin, que os reproduzco aquí la receta y os completo la información con una sugerencia de utilización, ¡a ver quién se atreve!:
Sambal oelek (ulek en indonesio) más que una salsa es un condimento ampliamente difundido en las cocinas indonesia, tailandesa y, en general, de todo extremo oriente. Actualmente su elaboración industrial y su comercialización la ha hecho extenderse por todo el mundo.
Puedes elaborarla tu mismo en tu casa y adaptar el picante a tu gusto, porque lo cierto es que nuestros paladares no están acostumbrados a estas salvajadas. Digamos que lo que la mayoría de la gente cree que es muy picante está a años luz de lo que se puede conseguir con esta salsa.
Los únicos ingredientes imprescindibles son los chiles rojos, pero es muy normal añadirle lima, azúcar, sal e incluso frutos secos.
Yo os dejo con una receta base, ojo, extremadamente picante, os lo digo yo, que me puedo comer un chile habanero a bocados y esto... esto no, esto es directamente infernal.
¿Y qué utilidad tiene un condimento tan picante?, pues mucha, porque es como un concentrado infernal que puedes congelar e ir dosificando. Así, si una receta pone "echar un par de guindillas", vosotros podéis utilizar algo así como una pizca o miaja (unidad básica del sistema métrico granaino) de sambal oelek.
Y encima os voy a dar otra utilidad, si acaso más importante, os cuento: Todo el mundo tiene un compañero de trabajo, un familiar (hermano, cuñado) o incluso algún ser querido que presume de su tolerancia al picante, pues bien, dadle a probar esto y echaos unas risas.

Nunca he probado nada más picante



Ingredientes:


  • 300 gr. de chiles rojos variados. Yo he utilizado 2 habaneros, 1 chile hondureño sin nombre (¡Hijo de...!) , 7 chiles tailandeses (esos pequeños cabr...) y cuatro o cinco pimientos rojos picantes murcianos (por aquello del componente patrio).
  • 4 ó 5 Dientes de ajo (podéis echar 53, casi no se va a notar).
  • 7 centímetros (mucho) de jengibre fresco.
  • 1 Lima kaffir.
  • 1 vaso de vino de arroz.
  • 1 cuchara de azúcar moreno.
  • 1 cuchara de aceite de sésamo.

1.- Pelamos el jengibre y los ajos, picamos los chiles sin despepitarlos y lo añadimos todo al vaso de la batidora.
2.- Mientras trituramos, a poca velocidad, vamos incorporando el vino de arroz y el aceite. No se trata de conseguir una pasta fina, todo lo contrario, pero al menos que esté homogénea.
3.- Levantamos la masa en una sartén al fuego, ojo en esta operación, los niños fuera de la cocina y cuidado con los vapores que se generan, ¡pican!. Si llevas lentillas quítatelas y cocina con gafas. Hablo en serio y con conocimiento de causa. Vas a toser, moquear, estornudar, etc.
4.- Vamos reduciendo el líquido al gusto, yo lo reduje del todo. Cuando hayamos alcanzado la textura deseada apagamos y apartamos del fuego, en ese momento, incorporamos la ralladura y el zumo de una lima kaffir. Es impresionante el aroma que aporta. Removemos y ya está lista para utilizar.
5.- Podéis congelarla y utilizarla moderadamente en cualquier receta que requiera picante.

Consideraciones:
El hecho de no retirar las semillas y de cocinar los chiles, incrementa notablemente su capacidad de picar hasta convertir esta pasta en una especie de bomba biológica de destrucción masiva.
Nunca, repito, NUNCA, intentéis apaciguar los picores de los chiles con agua, cerveza o cualquier bebida, el resultado será mucho peor. ¿Lo mejor?, grasa en forma de yogur, nata, leche... o incluso la miga de pan.
Por eso os propongo una receta maravillosa para disfrutar de esta salsa, una receta que ha sido mi desayuno antes de escribir estas líneas:
Se la debo a Jamie Oliver: Mezclar en un cuenco un huevo, una cucharada generosa de Crème fraîche, unas gotas de salsa Perrins y un montón de queso rallado (yo he utilizado Cheddar) que funda bien.
Sobre una tostada colocamos el sambal oelek y sobre éste la pasta. Ahora gratinamos. El pan y la mezcla con la nata, el huevo y el queso reducen muchísimo el picor del sambal, pero transmiten su maravilloso sabor dulce. Comería esto todos los días.

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