Pregunta: Querida Ana, cuando esté de vuelta quiero ir con un amigo a visitar a nuestro Santo (nos llamamos los dos Alex) en el convento de Ottobeuren. Allí hay un corposanto que supuestamente es San Alejandro de Roma (el Mártir). Me gustaría saber si tiene algo de veracidad o no. Solamente es por curiosidad, para mi sigue siendo mi Santo. Suecia
Respuesta: Sabes que cuando se trata de mártires femeninas me tiro al toro sin miedo, porque le he echado bastantes horas al tema... pero cuando hablamos de varones prefiero ir sobre seguro antes que decirte cualquier cosa. He consultado con Antonio Barrero, que además de ser muy bueno en el tema de las reliquias es amigo del abad de Ottobeuren, el padre Paulus Weigelen, y está muy familiarizado con esos cuerpos. Me ha confirmado lo que ya esperaba oír, que es lo siguiente:
Todos los cuerpos que hay en la abadía benedictina de Ottobeuren (Alemania) son mártires de las catacumbas, extraídos de los cementerios de Roma. Hay más de veinte, unos expuestos como Alejandro (en la imagen), otros ocultos en urnas. No se corresponden con ningún santo del calendario, y por tanto con ningún San Alejandro que conozcamos. Y además no hay uno sino dos Alejandros en Ottobeuren, así como hay dos Benedictos, lo que hace pensar que los nombres no son los auténticos, sino que les fueron puestos en honor a los papas que en ese momento ocuparían la Santa Sede.
Él opina, y yo estoy de acuerdo, que si queréis que sea vuestro santo patrón está muy bien, pero que el santo mártir Alejandro más antiguo es San Alejandro de Bérgamo y no está en la abadía de Ottobeuren. A ése sí que lo conozco yo más porque su cadáver lo recogieron las hermanas Grata y Asteria, que después fueron martirizadas por ello (tiene tela, el asunto de Santa Grata de Bérgamo… algún día le dedicaré un artículo).
Pues nada, espero haberte ayudado. Y si no te importa usaré esta miniconsulta para mandarla al blog de Ramón y así mucha más gente se beneficiará de la respuesta.
Meldelen
Al querido Antonio Barrero, nuestro Lipsanotecario Mayor, mil gracias...