Según cuenta la historia, San Antonio Abad en medio de la vida austera que llevó, descubrió la sabiduría y el amor divinos a través de observar a la naturaleza. De esa revelación, adquirió la costumbre de bendecir a los animales y a las plantas. A partir de su muerte, San Antonio Abad fue invocado como protector de los animales domésticos. Por ello, esta celebración trata de recordar el equilibrio que debe existir entre el hombre y la naturaleza; en este caso específico, con los animales (y/o plantas).
Hablando de bonita… mis tres gatos tienen una historia muy bonita y especial (como muchas de las que supongo tienen vuestros “compañeros de cuatro patas”), que si os apetece y aprovechando este día, os paso a contar. Leo, el más grandullón de mis gatos, (europeo atrigrado de color gris) andaba perdido por la calle cuando era un bebé. Tendría unos tres o cuatro meses. Lo recogí de la calle y después de curarle varias infecciones respiratorias, oculares, de piel y de oídos (incluidos ácaros, hongos y sarna), pasó a vivir felizmente con nosotros, llegando a ser un gran Leoncio, amoroso y asustadizo. Ana, la segunda de la familia, es una preciosa siamesa (cuya edad exacta desconocemos), que llegó a parar a nuestro veterinario, herida y embarazada (con los bebés sin vida). Después de esterilizarla y con un corte de arriba a abajo de la tripa (debimamente cosido y curado), extremadamente delgada y asustadiza, también pasó a engrosar nuestra familia. Ahora es una bolita, gorda, cariñosa y a veces quejicosa cuando no tiene comida en su plato. En cuanto a su carácter, se nota que se está haciendo viejecita, ya que cada vez requiere más mimos y tiene más achaques de salud.
Ahh.. casi me olvidaba…Tenemos un nuevo inquilino: Tutú, un “mini” hámster ruso jaspeado en blanco y crema, con unos grandes y vivarachos ojos rojos, “adoptado” por mi hija y una amiguita, aunque lo que compraron por tres euros en una tienda de animales. Después de la gran bronca que les di a ambas (los animales no son objetos que se compran, aunque cuestren solo tres euros), les hice entender que este pequeño animal tambien requiere unos cuidados básicos y esenciales. (Según las niñas, el señor de la tienda de animales les dijo que el hámster podía vivir perfectamente en una caja de zapatos y supuestamente comiendo pasta de trigo cruda. ¿Creéis que eso es normal? Por favor…. que no engañen a dos niñas ilusas (o igual las niñas “reinterpretaron al vendedor”. Nunca lo sabré, cada uno de ellos insiste en su verdad!!!! Dejémoslo ahí.)
Todos los animales como las personas, además de corazoncito, también tienen alma y por ello, se les debe respetar como se debe respetar a los seres humanos!!!!
Besos desde mi blog!!!!
El Papa Juan Pablo