Fue Arbogast un obispo celoso de la gloria divina. En 610 construyó la primera catedral de piedra de la ciudad. En 570 fundó el monasterio de Surbourg y por su acción se rescataron unas minas romanas abandonadas. Evangelizó a los paganos allamanni, y toda la región franco-suiza. Fue muy caritativo con los pobres y los prisioneros y los condenados a muerte, a los que solía consolar y acompañar en su tránsito. Y tanto los quería que quiso, por humildad, ser enterrado a las afueras de la ciudad, donde eran sepultados los condenados a muerte. Y así se hizo, cuenta la leyenda, hasta que unas luces misteriosas que salían de su sepultura hicieron que su sucesor, San Florencio (7 de noviembre) trasladase las reliquias al monasterio de Surbourg, el mismo año de su muerte, en 618. Pero, sin embargo, una vez más la historia desmiente la leyenda, pues dicha traslación consta documentada en 975. Estas reliquias se veneraron hasta 1550, cuando los herejes hugonotes profanaron la iglesia, los retablos y reliquias.
Arbogast ante Clotario.
Su "vita" fue escrita en el siglo X. Es el patrón de Estrasburgo. Se le invoca contra el agotamiento, el insomnio y la depresión. Su culto fue muy extendido en la zona, construyéndose varios santuarios en su honor.
Fuente:
-https://www.heiligenlexikon.de
A 21 de julio además se celebra a:
San Daniel, Profeta.
San Víctor de Marsella,
soldado mártir.
San Tremeur,
príncipe y mártir.