San Elías, virgen y eremita

Por Santos

Pregunta: Ramón tu sabes que vivo en el Monte Carmelo, donde está la ciudad de Haifa en cuya univ. estudio... me llama la atención saber si Elías realmente estuvo casado o fue eremita (y si lo fue por cuanto tiempo) que sabes tú al respecto?

Respuesta: Primero me gustaría decirte que te envidio lo suficiente como para decirte que no pierdas oportunidad de pasarlo todo lo bien que puedas en ese lugar tan bello y sagrado. El Monte Carmelo es de esos sitios del mundo donde todos deberíamos ir al menos una vez, aunque muchos lo desconozcan.

Del Profeta San Elías (20 de julio) mucho se ha escrito, principalmente los carmelitas, y mucho se ha fabulado también. De su vida sólo tenemos las referencias de los libros de los Reyes, en la Sagrada Escritura. Referencia importante, porque estos libros siguen una secuencia lineal de los reyes de Israel, que solo es rota con las historias de Elías y Eliseo. No son libros que narren historia, mas bien son aleccionadores sobre los reyes que siguieron los mandatos divinos y los que no lo hicieron, remarcando sus diferencias y sus finales en la vida. La irrupción de Elías ha dado mucho de si, sobre todo porque a diferencia de otros profetas, ni escribió, ni se le achaca ningún escrito. Irrumpe súbitamente en la Biblia como un actor en escena, y así mismo sale, de manera espectacular y única: arrebatado al cielo en un carro de fuego. Esta presencia turbadora, diferente, es precisamente lo que ha llevado a muchos a pensar que solo es una figura literaria, mientras que otros no ponen en duda su existencia, aunque si aspectos de su “vida”. Contar aquí todo lo que dicen ambos Libros de los Reyes y lo que se ha fabulado sería mucho, me limitaré a tu pregunta: Elías, eremita; y Elías, no casado y por tanto, virgen.

Elías, eremita:
San Ambrosio (7 de diciembre) dice de él: "es un maestro, y los monjes sus discípulos", formando parte de una larga tradición que hace de Elías el fundador del monacato. En algunos casos, como el carmelita, en un sentido estricto, y los más, en un sentido simbólico, en tanto que Elías adelanta y prefigura al hombre que lo deja todo por Dios, sigue sus mandatos y, esto es importante, busca el retiro para meditar y aguardar la visita del Señor. Esta búsqueda de la soledad, la experiencia del retiro, es única en la Biblia. Los profetas y demás personajes del A.T hablan, predican, reinan o actúan, pero no buscan y hallan a Dios en la soledad y el silencio, que en el caso de Elías es la preparación de su ministerio. No en balde los primeros monjes y los Padres de la Iglesia no dudaron en dilucidar esta paternidad. Ya los carmelitas, desde el inicio de su vida como comunidad monástica recogen este aspecto paternal de Elías en su regla, dada por San Alberto de Jerusalén (17 de septiembre), donde menciona que se habían reunido junto a la fuente de Elías.

Pero Elías no es un eremita en sentido estricto, el eremitismo en él es puntual, por un momento preciso; mientras que el eremita cristiano, en órdenes monásticas o en solitario, tiene esa vocación de por vida, es una vocación en sí misma.

Elías, virgen:
Muchos autores, como el carmelita Daniel de la Virgen María en su "Speculum Carmelitanum", hacen de Elías un hombre de pureza excepcional, santificado en el vientre de su madre, como el Bautista. La verdad es que son puras alegorías: si Elías es precursor de San Juan, y más aún, de Cristo, si venera en deseo a aquella que será la Madre-Virgen, necesariamente tenía que tener la virtud de la pureza virginal, en grado sumo: santificado antes de nacer. Ojo, no significa esto que fuera inmaculado, que esto es otra cosa. Es cierto que la Sagrada Escritura no menciona que haya sido casado y por su itinerancia, no debió serlo, o al menos después de irrumpir en la Biblia, pero de ahí a afirmar una virginidad casi celestial, hay un trecho. Esta virginidad se afirmó también de San Eliseo (14 de junio y 20 de julio), su discípulo.

Así, por ejemplo, San Metodio (14 de febrero) escribió en el año 825, en un “diálogo” con María “Asimismo Elías profeta y virgen, avisado del cielo de tu pureza, recogido en su espíritu quiso ser imitador tuyo, con que por su abrasada vida tejió inmortal corona de virginidad”. Y la Leyenda de Oro, dice sobre María, al hablar de la advocación del Carmen, que “Elías la tuvo por dechado y ejemplar, de quien aprendió la virginidad y demás virtudes religiosas que había de enseñar á sus hijos”.

Y un ejemplo interesante de como las interpretaciones sobre un texto pueden ser manidas y de cuantas conclusiones se pueden sacar: Según San Juan Jerosolimitano (10 de enero), en su Institución Monástica, la Virgen María, aunque pura, tuvo deseo de hacer voto de virginidad ¡porque Elías, devoto de la que sería la Virgen Madre, guardó virginidad en su honor!: “Quod haec Infantula Virginitatem perpetuam ad exemplum Eliæ amplexatur, Deum sub figurata visione revelasse” (porque esta niñita abrazaría una perpetua virginidad a ejemplo de Elías [según] Dios le había revelado en una visión figurada). Y se recrea en otras lindezas; pero con esto basta. En fin, que la virginidad de Elías era necesaria en aras de una mayor asimilación con Cristo y su Madre.

Y para terminar, una curiosidad: San Elías fue tenido en ciertos puntos, como patrón de la Inquisición (ya sabemos, ambos amantes del fuego)