Llegamos por carretera a San Francisco, fundada en 1776 por un fraile español y desarrollada gracias a la fiebre del oro, hoy en día San Francisco cuenta con más de 800.000 habitantes y es uno de los destinos turísticos más importantes de los Estados Unidos. Dejamos el coche de renting en su oficina ya que San Francisco tiene una amplia red de servicio publico e íbamos a desplazarnos en ellos.
Una vez alojados decidimos dar una vuelta por los alrededores. Bajamos y paseamos por la zona de Civic Center (la zona financiera) donde se movía bastante gente y donde vimos bastantes vagabundos. Buscábamos un sitio para comer y al final decidimos comer una hamburguesa cerca de allí. Al salir, cogimos un autobus y nos dirigimos hacia Haight-Ashbury, a finales de 1960, Haight-Ashbury fue una de las zonas donde nació un movimiento bohemio; el de los idealistas hippies que practicaban una forma de vida en armonía con la naturaleza y fomentando los valores humanos. El barrio tiene casas con fachadas multicolores y un ambiente relajado, donde nuestra primera parada fue ver las famosas casas llamadas Painted ladies, casas de estilo victoriano y eduardiano pintadas en tres o más colores para embellecer sus detalles arquitectónicos que se hicieron famosas por salir en la famosa serie de televisión Padres Forzosos.
Tras comernos una manzana continuamos nuestro paseo por Haight Street, visitando miles de tiendas de ropa “diferente”, comercios de artesanía y locales en los que escuchar música en directo. Si bien Haight-Ashbury se originó a partir de una corriente rebelde, hoy en día es un clásico que irradia paz y amor. Los edificios coloreados en tonos brillantes y los coloridos murales dejan claro el aire liberal que aquí se respira. Un b
Tras esta experiencia diferente nos fuimos a otro barrio totalmente diferente, la zona de Castro, considerado el epicentro gay de la ciudad, deja sus puertas abiertas sin restricciones, de par en par. Lo llamativo de sus encantadores bares y restaurantes, las vidrieras relucientes y los teatros históricos, reflejan con claridad la esencia entusiasta del barrio y sus imperturbables ganas de vivir. Este distrito es claramente reconocible por la profusión de banderas multicolores representativas de la comunidad gay y homosexual.
Paseamos por esa calle admirando las curiosas tiendas y los concurridos bares y nos paramos a tomar una Budweiser en Harvey’s y la celebramos a la salud de Harvey Milk, el alcalde no oficial de Castro. Nos pareció un barrio muy tranquilo y donde se mezclaban muchas etnias diferentes y curiosas como las que fuimos descubriendo mientras paseábamo
Ya cansados se nos hizo la hora de cenar y bajamos a un sitio que tenia buenas referencia, el Lori’s Diner era un sitio muy pintoresco al mas puro estilo americano años 50. Con muy buena calidad en la comida para desayunos, comidas o cenas. La atención de los camareros era muy buena. Cenamos bastante bien y al acabar paseamos hasta el hotel para bajar la comida.
Al día siguiente nos levantamos temprano y nos dirigimos a coger el tranvía mas turístico de la ciudad, alojado cerca del centro de visitantes, donde tiene lugar el cambio de dirección manual del cable car. Mientras esperábamos, tras una larga cola, veíamos como hacen los operarios para dar la vuelta al tranvía, como el tranvía se sitúa sobre un plato giratorio; entonces el operario baja, y empuja al tranvía desde uno de los
Si hay algo que caracteriza San Francisco son sus calles impracticables repletas de empinadas cuestas. Situada entre Hyde y Leavenworth se encuentra Lombard Street, conocida como la calle más empinada de San Francisco. Para corroborarlo paramos en Lombard St. y disfrutamos de la famosas calle recreada en un sinfín de películas. La atracción principal de la calle es ver a los coches bajando por la calle como si se tratara de una montaña rusa.
Después de hacernos unas fotos cogimos un autobús y nos dirigimos a ver el Golden Gate, que con 2,7 kilómetros de longitud y 227 metros de altura es uno de los puent
Para terminar, nos tomamos algo en una pequeña cafetería que hay al lado mientras venia el autobús de vuelta. Ya de vuelta paramos en Fisherman´s Wharf, la zona vieja del puerto de San Francisco, un lugar bastante turístico que aún conserva cierta autenticidad. Allí fuimos al Pier ( muelle) 39, el lugar más conocido de Fisherman’s Wharf ya que en él se encontraba uno de los mayores atractivos para los visitantes, decenas de leones marinos que retozaban y tomaban el sol mientras emitían sus especiales gruñidos que se dejaban oír desde una gran distancia. El muelle 39 encontramos gran cantidad de tiendas y restaurantes distribuidos en dos plantas. Nos gusto mucho toda la zona y nos quedamos por allí para comer. Comimos lo más recomendable, unos cócteles de cangrejo que preparaban en uno de los puestos callejeros que por el muelle había.
Una vez acabado de comer caminamos hacia el Pier 33 donde teníamos previsto coger un barco que nos llevaría a visitar una de la prisiones mas famosas del mundo, la isla de Alcatraz. Fue una isla solitaria durante miles de años hasta que fue convertida en un fuerte; durante la Guerra Civil se instalaron más de 100 cañones y 400 soldados de forma que la isla pasó a formar parte del plan de defensa de los Estados Unidos. En el año 1934, Alcatraz volvió a abrirse como penitenciaría federal, una prisión de máxima seguridad a la que trasladaron a los prisioneros considerados incorregibles y peligrosos. Algunos de los presos más conocidos son Al Capone “Scarface”, George “Machine Gun” Kelly o Robert Straud “El hombre pájaro de Alcatraz”. La única huida de la prisión fue de Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin que hicieron un agujero en cada una de sus celdas y dejaron en las camas unas cabezas que habían fabricado con papel maché para que los guardias no notaran su ausencia. Aunque teóricamente lograron huir por el agua, se cree que murieron en las frías aguas del Pacífico. Nunca se encontraron sus cuerpos.
Una vez que desembarcas, te reúnen en patio para explicarte las normas y los alrededores y luego te diriges a la entrada. Allí, gratuitamente, te dejan unos cascos con un reproductor para que vallas visitando la prisión, de mientras te van narrando las dependencias y los sucesos que pasaban allí los propios reos de alcatraz. Sin lugar a dudas una experiencia inolvidable.
Haga click para ver el pase de diapositivas.Una vez de vuelta al muelle decidimos coger el autobús y pararnos en el barrio de Chinatown, es la segunda comunidad china más grande de los Estados Unidos, por detrás de la de Nueva York. Por extraño que pueda parecer, las típicas galletitas de la fortuna que dan en los restaurantes chinos no fueron inventadas en China; Las primeras galletas de la fortuna fueron horneadas por primera vez en San Francisco. Dimos una vuelta entrando en las típicas tiendas chinas y comprando algún que otro recuerdo hasta que llego la hora de cenar, ya que estábamos en China aprovechamos para comeren un restaurante no típico de la zona donde nos sorprendió el picor de la comida….
Y hasta aquí llego nuestra primera visita a San Francisco, ¿porque la primera?….. Por que volveremos!!