San Francisco Days, part II (Mosh - Empress)

Publicado el 10 agosto 2014 por Vanvic68 @vanvic68
CLXXXVI
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EMPRESSMoshEmpireAutoeditado / Self-released2013
Midori es una performer nacida en Tokio pero instalada ahora en San Francisco cuyos trabajos provocan una inmediata reacción en el público. Lo que le fascina es dar forma y textura a las emociones y a la memoria. He de confesar que hace un par de días asistí por primera vez a una de esas manifestaciones de arte contemporáneo llamadas performances, y fue realmente emocionante. En la sala Samsung del Asian Art Museum de San Francisco, la artista, enfundada en un kimono algo desaliñado y con el peinado visiblemente enmarañado, realizaba esculturas humanas sobre los cuerpos cuasi desnudos de un hombre y una mujer. Estos cuerpos, en constante pero suave y delicado movimiento eran el receptáculo perfecto sobre los que Midori combinaba flores (ikebana), cuerdas (bondage) y pintaba con tinta (sumi) para acabar uniéndolos en una perfecta armonía que partía desde la arbitrariedad, el caos y la intución. Evoco es un espectáculo de casi dos horas de continuo movimiento a cámara lenta en la que los cuerpos se van transformando en plantas andantes, en animales atrapados, en estatuas de colores que provocan, como el nombre del espectáculo anticipaba, una constante interrogación en el espectador y un deseo de comprender que en este caso es, para mí, lo de menos, pues el disfrute estético te produce más satisfacción que las posibles respuestas que se puedan encontrar. Quizá nuestro desconocimiento de culturas tan lejanas, ancestrales, ricas no nos ayuda a ver más allá del exotismo de la propuesta, pero me quedo tranquilo al pensar que todos los presentes disfrutamos de una experiencia incuestionable: la belleza.




Durante toda la presentación, un dj de rasgos asiáticos pinchaba música trance en lugar de las esperadas melodías de cuerda japonesas, lo cual añadía un contraste más al espectáculo. De la combinación entre el exotismo de la música asiática y la electrónica sabe mucho Adam Bignell, un canadiense de Alberta bajo el pseudónimo de Mosh, que no hubiera desentonado nada como fondo musical con este tema que abre su último disco Empire. Otro vehículo para la evocación.