Abril de 1986. El calcio italiano comienza a filmar un clásico de alto voltaje en aquella década. Napoli cambia las coordenadas del mapa geofutbolero y le gana Milan 2 a 1 en el estadio Giuseppe Meazza. Daniel Bertoni y Diego Maradona pasan por la red y cobran en efectivo. Una victoria que Gonzalo Higuaín no llega a contemplar en su vida. Claro, aún no había nacido en Brest; algo que se produjo poco más de un año después, en diciembre de 1987. El destino, al cabo, moldeó a un goleador contundente y esta temporada lo llevó a tierra napolitana. Ahí, donde empieza a ser un referente de los hinchas. Ya había convertido en los triunfos contra Atalanta y Borussia Dortmund. Y hace horas nomás, fue protagonista de un festejo histórico. Higuaín convirtió un gol en la victoria ante Milan 2 a 1 y Napoli volvió a ganar en el Giuseppe Meazza. Extinguió la sequía iniciada tras aquel éxito con los gritos de Bertoni y Maradona. Desde fuera del área, el argentino hizo foco en un palo y estiró la diferencia. Un estallido eufórico en la tribuna visitante. La tribuna que, como se ve en este video, delira con sus goles y lo venera como San Gonzalo. El nuevo dios de la ciudad.