San José, Esposo de la Virgen María – Puntos de oración

Por Joseantoniobenito

Amigos: Me da mucho gusto compartirles estos "puntos" de la fiesta de San José. La imagen está tomada de la procesión del santo en la iglesia parroquial carmelita del mismo nombre en el distrito Jesús María, de Lima: Muy feliz día. Si alguien quiere recibir a diario estos "puntos" sobre las lecturas del día, puede suscribirse gratuitamente o ingresar en : https://oraciondelmilitante.blogspot.com/ 

 

19/03/2020, San José, Esposo de la Virgen María

Lectura del segundo libro de Samuel (7, 4-5a. 12-14a. 16)

En aquellos días, vino esta palabra del Señor a Natán: «Ve y habla a mi siervo David: "Así dice el Señor: Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Será él quien construya una casa a mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmen ante mí; tu trono durará para siempre"».

Salmo responsorial (Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29)

R. Su linaje será perpetuo.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,

anunciaré tu fidelidad por todas las edades.

Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno»,

más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

«Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo:

Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades». R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora».

Le mantendré eternamente mí favor, y mi alianza con él será estable. R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4, 13. 16-18. 22)

Hermanos: No por ley sino por la justicia de la fe recibieron Abrahán y su descendencia la promesa de que iba a ser heredero del mundo.  Por eso depende de la fe, para que sea según gracia; de este modo, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la que procede de la ley, sino también para la que procede de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Según está escrito: «Te he constituido padre de muchos pueblos»; la promesa está asegurada ante aquel en quien creyó, el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe. Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia». Por lo cual le fue contado como justicia.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (1, 16. 18-21. 24a)

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

San José, Esposo de la Virgen María – Puntos de oración

1.  "José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo" (Mt 1, 16)

¡Qué densidad de contenido en una sola frase! Hay que volver una y otra vez para paladear y hacer consciente su significado.

Gracias a José y a María recibimos a Cristo y somos cristianos, ungidos, hijos del Padre, sacerdotes, profetas y reyes.

¡Cuánta grandeza en tanta sencillez! Por su nada, recibimos el Todo.

A mí me conmueve el saber estar de José, su humildad, su sencillez, su alegría, en tanta soledad y tanto silencio, pero haciendo su trabajo, forjando el hogar de Nazaret.

Acabamos de celebrar el Año de José y en un congreso se ha considerado a José modelo de esposo, padre, educador.

Gracias José, ayúdanos a ser tan coherentes, tan de Dios y tan humano.

Recordamos con gratitud la devoción del Papa Francisco por José, custodio de la creación, custodio de la familia, custodio de cada uno, custodio de la Iglesia y del mundo.

San Bernardino de Siena (1380-1444)

San José fiel guardián de los misterios de la salvación

   Cuando la gracia divina elige a alguien para otorgarle una gracia singular, le concede todos aquellos carismas necesarios, lo cual aumenta grandemente su belleza espiritual. Esto se ha verificado de un modo excelente en san José, padre legal de nuestro Señor Jesucristo y verdadero esposo de la Reina del universo y Señora de los ángeles. José fue elegido por el Padre eterno como protector y custodio fiel de sus principales tesoros, esto es, de su Hijo y de su esposa, y cumplió su oficio con insobornable fidelidad. Por eso le dice el Señor: «Siervo bueno y fiel, entre en el gozo de tu Señor» (Mt 25, 21). Si comparamos a José con el resto de la Iglesia universal de Cristo, ¿no es este el hombre privilegiado y providencial, por medio del cual la entrada de Cristo en el mundo se desarrolló de una manera ordenada y sin escándalos? Si es verdad que la Iglesia entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio recibió a Cristo, después de María es san José a quien debe un agradecimiento y una veneración singular. José viene a ser el broche del Antiguo Testamento, broche en el que fructifica la promesa hecha a los Patriarcas y los Profetas. Sólo él poseyó de una manera corporal lo que para ellos había sido mera promesa. No cabe duda de que Cristo no sólo no se ha desdicho de la familiaridad y respeto que tuvo con él durante su vida mortal como si fuera su padre, sino que la habrá completado y perfeccionado en el cielo. Por eso, también con razón, se dice más adelante: «Entra en el gozo de tu Señor». Acuérdate de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tu oración ante aquel que pasaba por hijo tuyo; intercede también por nosotros ante la Virgen, tu esposa, madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.