En ocasiones la naturaleza te sorprende con paisajes insólitos moldeados en el transcurrir de los siglos, algunas veces, amparados de forma frágil a la fuerza del mar y del viento. San Juan de Gaztelugatxe es uno de ellos.
Localizado en la costa vasca, entre dos preciosas localidades vizcaínas, Bakio y Bermeo, destaca este maravilloso islote, unido a tierra por un pequeño puente de dos arcos, en cuya cima se erige una pequeña ermita dedicada a San Juan. Todo el conjunto está declarado Patrimonio Cultural de Euskadi.
Dice la leyenda que, desde Bermeo, San Juan accedió a lo más alto dando tres grandes pasos. Quizás puedas reconocer la huella del último de ellos, exactamente en el último escalón antes de acceder a la ermita. Sea lo que fuere, si ya te encuentras en este punto, debes saber que habrás ascendido un total de 231 escalones que te recomiendo lo hagas a tu ritmo.
Lugar estratégico para el dominio de la costa, se le cita en su página más brillante cuando, allá por 1.334, se obtuvo feroz resistencia de los ataques de Alfonso XI, rey de Castilla. Siete caballeros vizcaínos defendieron durante más de un mes los ataques de las huestes reales que finalmente se dieron en retirada. Lugar de trapicheos, de piratas, de naufragios….la roca guarda innumerables leyendas que la hacen especialmente popular entre los bermeanos, y más en concreto de los marineros.
Sin embargo, una vez allí, debes cumplir con la tradición. Tres toques a la campana instalada sobre su frontal deben ser realizados por todo aquel que haya conseguido subir a la cima. De ser así, el deseo solicitado será cumplido.
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