En uno de sus últimos discursos antes de presentar la dimisión el Sr. Monti defendió su gestión comparando los resultados de Italia con los de España. Las comparaciones son odiosas, aunque creo que el Sr. Monti tiene toda la razón y todo el derecho a establecer la comparación.
Además, si la comparación se lleva a cabo tema por tema, el asunto ya llega a ser de vergüenza ajena.
El Sr. Monti, sabedor del terrible efecto que tienen sobre el consumo, se negó a aplicar los tremendos aumentos de impuestos requeridos por la Troika, y aunque llevo a cabo ajustes fiscales, los aumentos no han sido exagerados y han afectado también a las grandes fortunas. El Sr. Rajoy no ha dejado casi ningún impuesto, tasa, timbre o recargo sin aumentar y los ha creado de nuevo cuño, en algunos casos los aumentos han sido desorbitados, y a las grandes fortunas, sicav’s etc. no los ha tocado más que lo imprescindible.
Con muchísimos problemas el Sr. Monti ha iniciado la reforma de la Administración Pública, modificando incluso el número de provincias y municipios, ha reducido sueldos y cesado un buen número de altos funcionarios y ha acabado con muchos solapes e ineficacias de la administración pública. Aunque la reacción contra sus medidas fue muy dura, le ha creado muchos problemas y finalmente no ha podido aplicar alguna de las medidas que proponía, al menos el proceso se ha iniciado y funciona. En España el Sr. Rajoy va aplazando la reforma en mi opinión con la intención de evitarla.
El Sr. Monti se ha atrevido incluso con un incipiente plan contra la corrupción, que es lo que hace unos meses provocó que Berlusconi volviese a asomar la nariz en la política. Ni el Sr. Rajoy ni ningún presidente de CCAA tienen ni la más remota idea de que es eso de la lucha contra la corrupción, y si la tuviesen les faltaría la intención de llevarla a cabo.
El Sr. Monti aplicó una Amnistía fiscal que tuvo mucho éxito porque previamente el fisco italiano había presionado, y en consecuencia asustado, a los grandes defraudadores. El Sr. Rajoy también lo quiso hacer pero no presionó a los grandes defraudadores porque eso en España no se hace ni en broma, lo confió todo al efecto BOE y ha sido un desastre.
El Sr Monti también ha tenido problemas “regionales”, por lo menos y que se sepa en Sicilia y con la Liga Norte, pero los ha solucionado sin ruido y casi sin que se enterasen fuera de su casa. El Sr. Rajoy ha utilizado bandas de música, trompetas y tambores, fuegos artificiales y los más potentes altavoces para airear primero que todos los problemas de España eran culpa de las CCAA, y después para no dar solución a la amenaza de divorcio de una de ellas.
El Sr Monti llegó a simplificar de tal manera los complejos y absurdos trámites para la apertura de cualquier tipo de negocio que se produjeron manifestaciones de los que ya disponían de licencias en algunas actividades. En España se ha hablado mucho de esta simplificación de trámites y se han tomado algunas medidas más teóricas que reales, pero como que la supresión y racionalización de trámites forma parte de la reforma de la Administración Pública los presidentes de CCAA ya ni hablan de ellas, y el Sr. Rajoy lo ha pospuesto a una fecha cercana al día en que el hombre ponga el pie en el planeta Marte.
Cuando el Sr. Monti o cualquier miembro de su gobierno ha tenido que dar una mala noticia lo ha hecho de forma clara, completa, directa e inteligente, normalmente en viernes a última hora. Cuando el Sr. Rajoy y su gobierno han dado malas noticias han dejado corto el significado del dicho “como un caballo en una cacharrería”, y para él los rescates son ofertas de préstamo.
No creo que al Sr. Monti le pasase ni tan solo por la imaginación el retrasar, o incluso ocultar la inmediata vigencia de alguna medida en función de unas elecciones cercanas, aunque también es cierto que no representa a ningún partido y por lo tanto le da igual, pero el tremendo abuso del método que ha practicado el Sr. Rajoy me da pie a gritar una vez más que quiero votar personas y no partidos.
El Sr. Monti presionó a empresas de servicios públicos, agua, gas, electricidad, grandes constructoras, bancos, etc. obligándolos a aumentar su competitividad o sus inversiones si la mayor competencia no era posible. Nuestras empresas de servicios-estafa públicos tienen en nuestros gobiernos a sus mejores y más leales servidores.
Finalmente el Sr. Monti también recortó en sanidad, servicios sociales, sueldos de funcionarios de a pie, etc., pero en esto si le ha ganado el Sr. Rajoy.
Excluyendo una breve oposición del Sr. Hollande, creo que el Sr. Monti es el único que se ha enfrentado a Frau Merkel, aunque el Sr. Rajoy en algunos de estos enfrentamientos estaba sentado al lado del Sr. Monti dando apoyo moral. El resto de los líderes de la Unión Estúpida, se ponen firmes y pegan un taconazo cuando entra la Frau.
Si existe la más mínima probabilidad de que en Italia continúen con el plan Monti se acabó aquello de que nuestra Administración Pública es desastrosa, pero en Italia es peor.
En España solo podemos decir San Monti, Ora Pro Nobis, y, como no nos ha quedado más remedio que hacer siempre, confiar solo en la Divina Providencia.