San Nicolás de Bari.

Por Detectivesdelahistoria

Las festividades de Navidad o del solsticio de invierno comienzan con la celebración el día 6 de diciembre de San Nicolás. Este obispo, que sentía predilección por los pobres y los niños, nació en el siglo iv y su popularidad fue tal que se ha convertido en uno de los símbolos de las fiestas navideñas.

  1. La vida de Nicolás de Barín.

Nicolás vino al mundo en el seno de una familia rica en Licia, Turquía. Ya de niño mostró una preocupación por los menos afortunados repartiendo sus bienes entre ellos. Se convirtió en sacerdote por la influencia de un tío suyo que era obispo. Al poco tiempo sus padres murieron atendiendo a los enfermos de una epidemia que hubo en la ciudad. El joven Nicolás heredó una gran fortuna, que donó a los pobres. Después de ello se metió a monje y quiso visitar Tierra Santa.

Cuando regresó de este viaje fue nombrado obispo de Mira, en Turquía. Cuenta la leyenda que los sacerdotes estaban discutiendo quién debía ser el próximo obispo de la diócesis sin llegar a ningún acuerdo. Al final decidieron que el siguiente sacerdote que entrara por la puerta sería designado obispo. Fue entonces cuando Nicolás, recién llegado a la ciudad, entró en la iglesia y por la aclamación de todos se convirtió en obispo. De ahí que haga referencia a él como Nicolás de Mira.

Por orden del emperador Licino fue encarcelado y torturado junto con otros cristianos. Permaneció en prisión hasta que el emperador Constantino liberó a todos los creyentes.

Se opuso a la doctrina de Arrio, que negaba la divinidad de Cristo considerándolo sólo un hombre. Nicolás impidió que los defensores de estas ideas entraran en la ciudad, ya que consideraba que era una herejía.

Se cree que murió el seis de diciembre del 345. Sus restos descansaron en Mira hasta que los mahometanos invadieron Turquía. Entonces un grupo de cristianos llevaron su cuerpo a Bari, Italia. Por ello en Occidente es más conocido como San Nicolás de Bari, a pesar de que en vida nunca pisó esta ciudad.

  1. Las leyendas del Obispo de Mira.

Lo asombroso de la historia de este religioso son las leyendas que giran en torno a su figura. Ya en vida fue un hombre muy querido por su bondad y generosidad. El pueblo lo quería mucho. Éste es el motivo por el cual la realidad de su vida se mezcla con historias de milagros y leyendas. Es además considerado patrón de Rusia; Grecia y Turquía, y también de los marineros, de las novias, de los niños, los comerciantes y los viajeros.

Se le considera el protector de los marineros por una leyenda en la que rescató a un grupo de pescadores. En Mira salieron estos hombres a pescar cuando se levantó un viento horrible y el mar se picó. Entonces se pusieron a rezar por intercesión del obispo Nicolás. Al rato le vieron acercarse montado en una barca, bendecir el mar y desaparecer. La tormenta se calmó al momento y los pescadores pudieron regresar a su hogar.

Esta leyenda guarda relación con el pasaje de las Escrituras en que Jesús calma el mar ante la mirada estupefacta de sus discípulos. Desde una perspectiva psicoanalítica representa el triunfo de la razón sobre los impulsos y el inconsciente. Se encuentran leyendas similares en muchos lugares. Un ejemplo parecido sería la de San Columba, aunque en ésta no sólo se enfrenta a un mar embravecido, sino a un dragón o serpiente, que es también símbolo del inconsciente y del caos. Es la serpiente primordial. La leyenda de San Columba se refiere al monstruo del Lago Ness, mientras que la de San Nicolás habla sólo de las aguas.

Las historias más conocidas de este Santo son las que lo relacionan con la Navidad. Una de ellas cuenta que había un padre anciano en Mira. Debido a la pobreza no podía ofrecer una dote buena para sus tres hijas y temía que no lograran casarlas. La noche de Navidad San Nicolás se dirigió a su casa desde fuera lanzó una bolsa con dinero. Algunas leyendas dicen que el saco entró por la chimenea y cayó en un calcetín que la hija mayor había dejado cerca del fuego para que se secara. El obispo repitió la operación tres noches seguidas, algunas veces se dice que fue en tres años, otras en tres días. De esta forma las jóvenes pudieron tener una dote buena y ya no ser una carga para su anciano padre. El origen de los calcetines que se cuelgan el día de Navidad de las chimeneas vendría de este cuentillo.

También cuentan que tres niños que habían sido asesinados volvieron a la vida por intercesión del santo. Por ello se acostumbra a pintarlo con tres pequeños a sus pies y se le considera patrón de los niños.

La costumbre de dar regalos y chocolates a los niños el seis de diciembre se originó en Alemania, Bélgica y Holanda. En estos lugares aún hoy día se celebra el día de San Nicolás en su fecha original. En Holanda y en Bélgica el Santo va a acompañado de otro personaje con un saco. Antiguamente éste era un negro proveniente de España que se llevaba a los niños malos al Duque de Alba. Los problemas de España con la zona de Flandes fue lo que propicio esta historia. Hoy día, aunque se sigue hablando del acompañante de San Nicolás, se han eliminado las posibles referencias racistas.

Por otra parte, la idea de un personaje bueno que premia a los niños y otro que los castigas se ve en muchas tradiciones europeas. En Italia, por ejemplo, se habla de dos viejas llamadas La Befana. Según el folclore la Befana reparte juguetes a los niños que se portan bien. Pero hay algunos cuentos que dicen que hay otra Befana, que viven en un bosque todo el año cosiendo calcetines rojos y metiendo en ellos carbón. El día de Navidad los reparte a los niños que han sido malos. Los reyes magos en España, San Nicolás en los países del centro de Europa y la Befana italiana cumpliría, pues, el mismo papel.

Cuando los emigrantes holandeses llegaron a Estados Unidos llevaron consigo muchas de sus costumbres, entre ellas las de San Nicolás. Fue allí donde se pasó la fiesta de este santo del seis de diciembre al veinticuatro, haciéndola coincidir con la natividad de Jesús. Posteriormente se le añadieron otros elementos que no estaban en la leyenda original, como es el trineo, los duendes y el vivir en el polo norte. Las películas y series norteamericanas han popularizado más esta nueva faceta. Sin embargo, en Europa aún sigue viva la verdadera tradición. En Alemania, por ejemplo, niños y adultos encuentran el seis de diciembre en sus zapatos nada más levantarse Sannicolases de chocolate. En Bélgica y Holanda se dan también regalos a los más pequeños.