Respuesta: Sí que eviste el santo, como no. Aquí va:
San Rigoberto de Reims, arzobispo. 4 de enero y 17 de junio.
Una bonita leyenda dice que iba Rigoberto de camino desde su ermita hacia Reims con su discípulo Pedro, pero se atrasaron en el camino y como era día de ayuno, pues llevaban el estómago vacío. A las pocas horas tenían hambre, y aunque Rigoberto llevaba dinero para entregar a Wibert, gobernador de la ciudad, no se atrevía a usar en provecho propio un dinero ajeno. Pedro miraba con hambre dentro de cada pastelería por la que pasaban, pero Rigoberto le entretenía con salmos y cánticos. Aunue descansaron en algunas casas, ninguno de los pobladores, avaros, les dio ni un vaso de leche ni un trozo de pan. Y así, padeciendo llegaron adonde el gobernador, Rigoberto entregó el dinero y aunque la mesa estaba puesta, no mencionó para nada el hambre que traían, con angustia del joven Pedro. Pero este miraba con tal ansia la mesa, que Wibert lo notó y aunque Rigoberto ya salía por la puerta, le dijo: "Me haríais un gran honor si vos y vuestro discípulo comierais de mi mesa". Rigoberto respondió: "Eso es muy amable de su parte, Señor Wibert. Gracias, pero tenemos que volver rápidamente a Gernicourt estar a tiempo para los oficios”. Y se volvió a Pedro diciéndole: "Vamos, Pedro, hijo mío, tenemos que irnos". Y salieron; el chico con lágrimas en los ojos. Apenas cruzaron la puerta, hallaron un sirviente de Wibert, que intentaba controlar un gran ganso, con grandes esfuerzos del criado y graznidos de la bestia. Preguntó Wibert que sucedía y fue informado que el ganso era un regalo que le enviaban. Wibert se volvió a Rigoberto y le dijo: "Si no puedes quedarte a cenar conmigo, pero puedes llevarte el ganso y comerlo en tu ermita". Antes que Rigoberto pudiera aceptar, Pedro tomó el ganso fuertemente, y echaron a andar.
Iba el santo arzobispo sumido en sus pensamientos y alabanzas cuando el joven, cansado, dejó escapar al ganso sin querer. Se echó a llorar, viendo como la deliciosa comida se le iba volando. Exclamó Pedro: "¡Oh padre, lo que faltaba. Ahora no tendremos nada de comer. Soy un idiota". Y se echó a llorar. Rigoberto le respondió: "El animal no tenía, por supuesto, ningún deseo de ser asado y comido. Si te atrapasen a ti con la intención de matarte, asarte y comerte, por supuesto que harías cualquier cosa para ser puesto en libertad. Entiendo a esa bestia. Y tú no eres idiota, sino que ella es sabia". Y siguieron andando, y pronto notaron que el ganso les seguía, sobrevolándoles y graznando. Y no solo eso, sino que bajó a tierra, a los pies del santo, como diciendo "yo no podía saber que estabas tan hambriento, y que no tenías que comer, así que tuve remordimientos y volví". Pedro quiso atrapar al ganso, pero Rigoberto se lo impidió, permitiendo que el ave les siguiera hasta la ermita. Allí Rigoberto dijo al ganso: "No tenemos que comer, pero tampoco podemos comernos a un amigo tan leal. Puedes vivir con nosotros, jamás levantaremos un dedo contra ti". Al ver la generosidad y caridad del santo, los otrora avaros habitantes de Gernicourt, se arrepintieron de no haber socorrido al santo y su ayudante, y se volcaron para darles alimentos, ayuda y algunas mantas. Y Rigoberto dijo a Pedro: "Ves, hijo mío, nunca te arrepentirás, de ser bueno con una persona, un pájaro, o cualquier otro animal". Y el ganso le acompañaba a todos sitios. Cuando el santo iba a la iglesia, el ave le esperaba fuera, tomando el sol. Cuando estaba enfermo, le llevaba hierbas curativas del bosque, y cuando estaba orando o de retiro, el ave espantaba a los que se acercaban a la ermita. Cuando envejeció, el ganso murió y Rigoberto y el pueblo con él, lloraron su pérdida.
Finalmente, Rigoberto murió en 743, y allí mismo fue enterrado. En 864 San Hincmar (21 de diciembre) trasladó su cuerpo a la iglesia de San Thierry en Reims. Luego serían divididas entre la iglesia Reims y la catedral de París, donde se dedicó una capilla a su memoria. Su primera “vita”, ensalzando sus virtudes, fue escrita en en 890 por un canónigo de Reims. Desde muy antiguo se le invoca contra los males de dientes y de la boca, así como contra las congestiones pulmonares.
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.
http://alexandrina.balasar.free.fr/rigobert_de_reims.htm.