San Valentín. De su origen a nuestros días

Por Exprimehistorias

Cuando celebramos San Valentín, pensamos en enamorados, en corazones… Pero aquí en este artículo contaremos de donde viene o tiene su origen esta celebración. Entre ellos está la fiesta de Lupercalia, el escritor inglés, Geoffrey ChaucerLa corte del amor y el ritual medieval de la lotería del amor. de ahí las celebraciones de San Valentín.

La fiesta de Lupercalia

En Roma, en la antiguedad, se celebraba una fiesta pagana dedicada a la fertilidad, llamada Lupercalia. Durante esta fiesta se le golpeaba a las mujeres con látigos hechos de piel de cabras y perros.

Estos se mojaban en la misma sangre de estos animales porque creían que este ritual les daba fertilidad.

La fiesta de Lupercalia se celebraba entre el 13 y 15 de febrero, que entonces era el último mes del año. El nombre se deriva de Lupus (lobo). Se honraba a Lupercus, el dios de los pastores que protegía a sus rebaños de ovejas ante la amenaza de los lobos que acechaban los alrededores de la ciudad de Roma.

El dios Lupercus también se identificaba con Faunus, dios de la fertilidad de los campos, bosques y de los ganados de animales.

Dice la historia de Roma que los fundadores de la ciudad fueron, Rómulo y Remo, en el siglo 8 AC. Estos fueron amamantados por una loba de nombre Lupa o Luperca, en su cueva (Lupercal) del Monte Palatino, en la ciudad de Roma.

En la fiesta de Lupercalia también honraban a la diosa Juno. Esta diosa era la reina de los dioses y diosa del matrimonio, además representaba en la mitología romana a la maternidad y a la fertilidad.

Entre el 13 y 15 de febrero, los sacerdotes a los que se les llamaba Luperci (hermanos del lobo) se juntaban cerca de la cueva Lupercal del Monte Palatino.

Sacrificaban a dos cabras machos para obtener fertilidad y a un perro para lograr la purificación. Seguidamente, dos jóvenes sacerdotes Luperci eran llevados hasta un altar, donde les untaban la frente con sangre mezclada de los animales sacrificados y después les limpiaban con un trozo de lana mojado en leche.

Para acabar el ritual, los dos sacerdotes se tenían que reír, se cortaba la piel de los animales sacrificados en pequeños trozos que se enrollaban para luego hacer unas sogas o látigos que se mojaban en la sangre y se los entregaban a cada uno de los hombres.

Los hombres iban con las sogas corriendo por las calles alrededor del Monte Palatino, en dos bandos separados, imitando al dios Lupercus. Mientras corrían, golpeaban con sus sogas mojadas con sangre a los campos de cultivo y a todas las mujeres que encontraban en el camino, repartiendo fertilidad.

Las mujeres, en vez de huir, se acercaban y se paraban en fila, esperando ser tocadas por la soga o látigo para prevenir esterilidad, recibir fertilidad y no sufrir durante el momento del parto.

La fiesta terminaba normalmente con orgías o incluso gente corriendo desnuda por las calles. Estas celebraciones siguieron hasta bien entrado el año 400 de nuestra era.

Leyenda de San Valentín

La leyenda cuenta que en el siglo III, en Roma, un sacerdote se resistió a cumplir las ordenes del emperador romano Claudius Aurelius Marcus Gothicus (Claudio II).

Había prohibido la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque pensaba que los solteros sin familia y con menos ataduras eran mejores soldados.

El sacerdote San Valentín consideró que el decreto era injusto y en secreto celebraba matrimonios para jóvenes enamorados y por esto fue martirizado y posteriormente ejecutado el 14 de febrero.

El emperador Claudio ordenó que se encarcelara a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y, en nombre del Señor, le devolvió la vista.

Este hecho estremeció a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270.

La joven Julia, agradecida, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.

Fiesta de los enamorados o San Valentín

En el año 496, el papa Gelasius I prohibió la celebración de la fiesta de Lupercalia e instauró el 14 de febrero como día de la fiesta de san Valentín.

En realidad fueron dos personas con ese nombre, que con el paso del tiempo, las leyendas juntaron en un solo santo eran San Valentín de Roma un sacerdote y San Valentín de Terni un obispo.

En 1382, el escritor inglés, Geoffrey Chaucer, escribió un poema que tituló Parlamento de los pájaros. En él se nombra por primera vez al Día de San Valentín como un día de fiesta para los enamorados. A partir de entonces se empezó a celebrar el Día de San Valentín como un día dedicado al amor.

Lo escribió en conmemoración del primer aniversario de la boda entre el Rey Ricardo II de Inglaterra y Ana de Bohemia.

El poema de 700 versos está escrito como si se tratara de un sueño, que según algunas interpretaciones, es una especie de teoría del amor del propio Chaucer o el canto de un hombre que no termina de entender del todo bien al amor.

Los versos en inglés medieval donde se asocia al Día de San Valentín con los enamorados:

For this was on seynt Volantynys day
Whan euery bryd comyth there to chese his make.

En español:

Pues esto fue en el día de san Valentín
cuando todas las aves van ahí a escoger su pareja.

La corte del amor

El primer registro que se tiene de la celebración del día de los enamorados como tal fue el 14 de febrero de 1400.

Ese año, el Rey Carlos VI de Francia, por iniciativa de Philippe le Hardi Duque de Borgoña, creó una institución llamada la Corte del Amor (Cours d’amour en francés), cuya acta constitutiva fue publicada el 14 de febrero de 1400, en el Hotel d’Artois, la residencia del Duque de Burgundia en París.

El primer domingo de cada mes, durante el Día de San Valentín o cualquier día del mes de mayo y uno de los cinco días del año dedicados a la Virgen María, se efectuaban una serie de competiciones para conseguir pareja entre las doncellas cortesanas.

Estas celebraciones se hacían en las cortes reales de Francia y participaban todo tipo de miembros cortesanos y de la nobleza. Consistían en:

  • Banquetes,
  • Juegos relacionados al amor
  • Competencias de lectura de poemas
  • Interpretaciones de canciones sobre el amor
  • Luchas de justas para caballeros
  • Bailes.

Los hombres debían competir para ganarse el amor de las doncellas cortesanas que solían arbitrar estas disputas. Ya por entonces era considerado un día especial, vinculado de alguna manera con el amor.

La cartas de San Valentín mas antiguas

En 1416, el duque francés, Carlos de Orleans, tras haber sido capturado en la batalla de Azincourt y encerrado en la Torre de Londres en la Guerra de los Cien Años, escribió una carta de San Valentín a su esposa Bonne de Armagnac que entonces tenía 16 años de edad.

Ella murió entre 1430 y 1435 y Carlos fue liberado en 1440, por lo cual nunca se volvieron a ver.

Una estrofa de este poema dice:

Je suis desja d’amour tanné,
Ma tres doulce Valentinée,
Car pour moi fustes trop tart née,
Et moy pour vous fus trop tost né.

Que en español significa:

Ya estoy cansado del amor,
Mi muy gentil Valentín,
Ya que para mí, tu has nacido muy tarde,
Y yo para ti he nacido muy temprano.

Esta carta hoy en día, es la carta de San Valentín más antigua que existe. esta misiva forma parte de la colección de manuscritos de la Biblioteca Británica de Londres.

Se cree que en algún momento entre 1420 y 1422, el Rey de Inglaterra, Enrique V contrató los servicios de un escritor llamado John Lydgate, para que le escribiera una nota de San Valentín a su esposa Catherine de Valois.

Las cartas de San Valentín escritas en inglés más antiguas que se conservan, corresponden a aquellas que escribió en 1477, Margery Brewes a su futuro esposo John Paston, a quien se dirigía como: “Mi muy bien amado Valentín”.

Regreso del ritual medieval de la lotería del amor

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, en varias partes de Europa se vinculó esta fiesta de San Valentín con el viejo ritual medieval de la lotería del amor.

En él las mujeres jóvenes solteras introducían sus nombres en cajas o vasijas y estos eran retirados por los hombres solteros, que formaban parejas temporales que si prosperaban, podían volverse permanentes.

Esta costumbre resurgió, pero esta vez para ser practicada exclusivamente en el Día de San Valentín.

En distintas partes de Europa -especialmente en Francia y Gran Bretaña-, cada vez que un hombre soltero retiraba de la caja o vasija el nombre de una joven soltera, debía llevarlo escrito durante un año en una cinta que se colocaba en la manga.

También debía atender y proteger a esta mujer durante todo ese año. De esta manera, ella se convertía en su Valentín e intercambiaban cartas de amor.

En la víspera del Día de San Valentín, un mismo número de mujeres solteras y hombres solteros se juntaban y cada uno escribía su nombre o un nombre inventado en papeles separados que eran enrollados y retirados en forma de lotería.

Las doncellas tomaban los papeles con nombres de hombres y los hombres lo de las doncellas, para que cada hombre se enfocara en una mujer a la que llamaría “su Valentín” y cada mujer en un hombre a quien también llamaría de la misma forma.

De esta manera, cada persona tenía dos Valentines. Así, cada grupo quedaba dividido en muchas parejas. Los Valentines debían dar obsequios a sus doncellas y llevar los papeles con sus nombres escritos en el pecho o en la manga.

Muchas veces, este juego terminaba en amor, ya que las parejas de Valentines se terminaban enamorando.

Más tarde, esta costumbre cambió y eran únicamente los hombres quienes escribían cartas de amor a sus mujeres. Normalmente eran firmadas con la frase: “Con el amor de San Valentín”.

Por uno de los relatos del libro titulado Viajes a Inglaterra (Travels in England), escrito en 1698, podemos conocer cómo se celebraba esta lotería del amor en Gran Bretaña:

Con el paso del tiempo, esta festividad se fue poniendo de moda en otras partes de Europa como Alemania e Italia.

En la versión francesa de la lotería del amor del Día de San Valentín, las mujeres solteras debían prepararles una comida a los hombres solteros que les tocaban y terminaban la jornada juntos en un baile nocturno.

Pero si su potencial novio no se sentía atraído por la mujer que le tocaba, la costumbre le daba el derecho de dejarla plantada y como castigo por su poco atractivo, ella debía pasar ocho días en soledad.

Pero al finalizar este castigo, se organizaba una reunión entre todas las mujeres rechazadas en la plaza del pueblo, donde quemaban en una fogata, efigies o muñecos con las formas de los hombres que las habían rechazado, los insultaban en voz alta y emitían todo tipo de injurias en contra de ellos.

Esta particular práctica muchas veces solía derivar en disturbios. A causa de estos disturbios, en 1776 este ritual fue proscrito en Francia y para 1810 había desaparecido casi por completo.

Hacia el siglo XVII, el Día de San Valentín estaba tan instalado en las costumbres británicas, que incluso William Shakespeare lo incorporó en El lamento de Ofelia en su obra Hamlet del año 1601:

Mañana que es día de San Valentín,
todo en la mañana estará dispuesto,
y yo seré la doncella que irá a tu ventana,
para ser toda tuya, Valentín.

Aquí, Shakespeare se refiere a una costumbre británica e italiana de la época, en la que las mujeres solteras se sentaban delante de sus ventanas en el Día de San Valentín, creyendo que en esa fecha especial, el primer hombre al que vieran se convertiría en su verdadero amor.

Comercialización de la fiesta de San Valentín

Desde principios del siglo XIX, comenzó en Gran Bretaña la comercialización de esta fiesta con la fabricación masiva de tarjetas genéricas del Día de San Valentín, con frases hechas y adornos.

Las primeras cartas de amor estaban hechas de papel y decoradas con un lazo. En 1797, una editorial británica publicó el libro titulado El joven escritor de valentinas, en el que se incluían mensajes y versos de amor que rimaban, para aquellos hombres a los que les costaba componer sus propios poemas.

En Estados Unidos no era muy popular la fiesta de San Valentín, como tampoco lo era la Navidad, debido a que las costumbres eran “demasiado inglesas” y había una animadversión a las costumbres coloniales, las que consideraban sobretodo demasiado frívolas.

Esto fue así hasta que en 1842 Esther Ángel Howland comenzó a vender las primeras tarjetas postales masivas de san Valentín, conocidas como «valentines», con símbolos como la forma del corazón o de Cupido.

La familia Howland contaba con un largo linaje en Norteamérica, que llegaba al siglo XVII y eran dueños de la mayor librería de la ciudad de Worcester, Massachusetts.

Esther Howland, después de graduarse a los 19 años, en 1847 recibió una tarjeta de San Valentín, producida en Gran Bretaña, de parte de uno de los socios comerciales de su padre.

Le impresionó la belleza de esta tarjeta y sus adornos, pensó que ella también podría producir tarjetas de San Valentín en Estados Unidos, incluso de mejor calidad.

Convenció a su padre de que mandara traer desde Gran Bretaña y Nueva York lazos de papel y otros suministros necesarios para la producción de tarjetas del Día de San Valentín.

Fabricó una docena de tarjetas de muestra para que su hermano las agregara al inventario de productos en su próximo viaje de venta ambulante, para así darlas a conocer al público.

Esther pensó que su hermano volvería con un máximo de 200 dólares de ventas anticipadas por estas tarjetas. Para sorpresa de ella y de toda su familia, su hermano trajo más de 5.000 dólares de ventas anticipadas que equivalían aproximadamente a unos 152.000 dólares de hoy en día.

Se vio desbordada, por lo que pidió a sus amistades que la ayudaran a hacer un numero mayor de tarjetas para poder cubrir la gran demanda que había.

Nacía así en Estados Unidos, la primera fábrica de tarjetas de San Valentín y con ella, una industria que en la actualidad mueve miles de millones de dólares al año.

Gracias a la publicidad tradicional, como de las recomendaciones de boca en boca de la gente, esta costumbre de regalarse tarjetas en el Día de San Valentín se propagó rápidamente por todo el país y al poco tiempo, el negocio de Esther Howland generaba unos 100.000 dólares de ganancias anuales, que hoy día serían unos 3 millones de dolares.

En la actualidad es reconocida como la Madre de los Valentines Americanos. Desde 2001, cada año la Asociación de Tarjetas de Felicitaciones de Estados Unidos, hace entrega de un Premio Esther Howland a aquellos que hagan la mejor tarjeta del Día de San Valentín.

A partir de 1913, la empresa de postales de Joyce Clyde Hall, comenzó a producir en Kansas City, Missouri; tarjetas de felicitaciones, especialmente del Día de San Valentín y de Navidad.

En 1915, era conocida como Hall Brothers (Hermanos Hall). En 1922, se había expandido por todo el país y su línea de productos, además de tarjetas de festividades, incluía tarjetas de felicitaciones para todos los días.

En 1928, la compañía adoptó el nombre de Hallmark, que oficializó en 1954. En la actualidad, es la mayor empresa fabricante de tarjetas de felicitaciones de Estados Unidos y la mayor fabricante de tarjetas de San Valentín, cuenta con alrededor de 14.000 empleados y sus ingresos anuales rondan los 3.800 millones de dólares.

En los años 20, también se empezaron a producir tarjetas de San Valentín con frases graciosas o incluso satíricas y de humor ácido, como si fuesen una especie de Anti-Valentín.

Eran utilizadas por los detractores a vincular el Día de San Valentín con los enamorados. Algunas de las frases eran del tipo: “Quisiera que seas mi dictador(a)”. Estas tarjetas iban dirigidas especialmente a los petulantes, a las solteras de edad avanzada, a los dandis que se negaban al matrimonio y a las feministas.

Una tarjeta de Anti-Valentín muy famosa de la época decía en versos rimados en inglés:

You ugly, cross, and wrinkled shrew
You advocate of woman’s rights
No man on earth would live with you
For fear of endless fights.

Que significa:

Tú, horrible, frustrada y arrugada bruja.
Defensora de los derechos de la mujer.
Ningún hombre en la Tierra viviría contigo,
por miedo a luchas eternas.

En los años 40, durante la Segunda Guerra Mundial, las tarjetas incluían frases con juegos de palabras relacionados a lo bélico y lo amoroso. Una frase famosa era: “Soy un gran tirador. Te pregunto ¿Si lucho tengo alguna posibilidad de lograr ser tu Valentín?”.

Durante el siglo XX, se fueron sumando más productos comerciales, entre ellos chocolate y flores. En la década de los 80, la industria de los diamantes empezó a promocionar al Día de San Valentín como una ocasión especial para regalar joyas.

Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.

En cada país se celebra de distintas maneras el día de San Valentín e incluso en algunos se celebra otro día o mes del año o no se celebra (celebraciones de San Valentín).

¿Cómo lo celebráis en vuestro pueblo, ciudad o país?. Espero vuestros comentarios

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