San Valentín | Seis tipos de amor en la literatura

Publicado el 14 febrero 2017 por Plausible @plausibleblog

¡Buen día a todo aquél que lea esta entrada! ¿Cómo están? ¿Con frío, con calor? Mientras ustedes leen esto yo me estoy preparando para volver a mi hogar dulce hogar, ya que mis días en la Costa llegaron a su fin... veremos si las energías que recargué durante esta semanita me sirven para el resto del año.
Hoy es San Valentín, y como les anticipé anteriormente, yo no lo festejo. Pero sí lo hace la literatura, y, para variar un poco de las recomendaciones amorosas que veremos hoy por todas las páginas de internet, relacionadas o no a libros, les traigo una entrada diferente: los distintos tipos de amor por fuera del romántico. Are you ready?

         
El amor más puro, para mí, es el de (y hacia) los animales... más que nada a los perros, que son las criaturitas más fieles que tengo el placer de conocer. Toda mi vida, más allá de los peces que me regalaron mis papás a los 16 y que siguen conmigo como el primer día, tuve perros de mascotas y hermanos, y su amor es el más real y desinteresado que recibí.
Mis tres elegidos para esta categoría son "La razón de estar contigo" de W. Bruce Cameron (el cual trata de las diferentes vidas de un perro y su misión en la vida dependiendo del dueño que tiene), "Marley y yo" de John Grogan (el más, más, más recomendado, porque trata de la vida del autor con su perro, Marley, durante todas las etapas de su vida) y "Una niña llamada Rose" de Ann M. Martin (que trata sobre Rose, una nena con autismo, y su perra perdida-encontrada-perdida, Rain). Los tres libros son testimonios, ficticios o no, de la maravilla que son los perros y del amor más transparente que un ser humano puede llegar a experimentar.

         
Esta categoría iba a tener algún que otro libro más, pero finalmente elegí darle prioridad a "Night Owls" de Jenn Bennett, porque es un libro que me inspiró mucho al momento de elegir el camino a tomar con ciertas decisiones referidas a lo que hago o haré con mi carrera, trabajo o propósito en la vida (?).
El amor a lo que hacemos tiene que ser muy fuerte, en mi opinión. El ejemplo más básico es pensar en pasar tres, cinco o diez años estudiando algo de lo que no estamos enamorados, sea porque no sabemos qué otra cosa hacer o porque lo estamos haciendo por alguien más... es el infierno. Pero cuando hacemos lo que nos gusta con amor y pasión, entonces las cosas salen el doble de bien de lo que podrían haber salido en un principio.

         
Qué cambio el que propongo con estos dos libros, ¿no? 
Elegí "Emmy & Oliver" de Robin Benway porque nos habla de esos sentimientos que tenemos hacia las personas que más queremos, los cuales no son posibles de olvidar. Y creo que lo que les sucede a Emmy y a Oliver se resume muy bien con la cita de Zeniba, de El Viaje de Chihiro: "Nada de lo que sucede se olvida jamás aunque tú no puedas recordarlo".
Por otro lado, elegí a conciencia "Perdida" de Gillian Flynn porque me parece un libro revelador, a pesar de ser ficción, de cómo funciona la mente de un psicópata social. Me fascina Gillian Flynn, y su forma de describir este amor tan enfermizo ejemplifica a la perfección lo que tenemos que evitar en una relación. Abuso no es amor, aunque muchas/muchos elijan creerlo así. 

         
¿Qué mejor que contar con un buen amigo? Uno de esos vale más que treinta novios o novias; esos que están siempre, que te bancan en todas, que soportan con valor y paciencia tus memes de Shrek a las dos de la tarde o a las diez de la noche (léase Dana).
Por eso, creo que el amor entre buenos amigos es una de las cosas más fuertes, y el que necesita más cuidado. En "George" de Alex Gino conocemos a Kelly, la mejor amiga de Melissa: sabe todo de ella, la banca, la ayuda a ser quien realmente es y es la única que le toma la mano cuando Melissa hace lo que debe hacer. No hay mejor ejemplo de una mejor amistad que esta.
Por otra parte, en "La lección de August" de R.J. Palacio vemos los diferentes tipos de amistades: aquellas que ya no están, las que están con nosotros aunque no nos demos cuenta, las que a veces están y a veces no, o las que no solían estar y ahora las tenemos al lado. Pero todos están definidos por algo: el amor infinito que tiene August por la vida y las personas.

         
No estaba del todo segura en el nombre de esta sección, porque "Dos chicos besándose" de David Levithan es muchas cosas al mismo tiempo. Pero quería que apareciera en la entrada con una sección para él sólo, porque es un libro que resume todas las relaciones humanas bienintencionadas: cómo nuestro amor afecta a las personas tanto directa como indirectamente. Cómo un beso que dura 24 horas nos hace dar cuenta de aquello que perdimos y podemos recuperar, aquello por lo que vale la pena arriesgarse, aquello que pudimos tener pero que no tuvimos, pero que nos emociona que otra gente pueda experimentarlo.
"Dos chicos besándose" resume muchas cosas que no podrían explicitarse acá, pero es un libro definitivamente lleno de amor.

         
Y llegando al final, dejo mi sección favorita: el amor a ser uno mismo. Creo que es el tipo de amor más importante en la vida de una persona; si bien creo que eso de "hay que amarse a uno mismo para que el resto pueda amarte" es pure bullshit, sí creo que somos diez millones de veces más felices siendo quienes somos en realidad y aceptándonos como somos. 
"Lily and Dunkin" de Donna Gephart es el perfecto ejemplo de eso: Lily (nacida como Timothy) es una chica transgénero que se acepta completamente cómo es, sabe quién es y cómo quiere que el resto la vea... pero aún no llegó a la última parte; Dunkin es bipolar, llega a una nueva ciudad sin que nadie sepa nada de él, y puede comenzar de nuevo siendo alguien que no es. Uno de mis libros favoritos, "Lily and Dunkin" es mágico para plantearnos quiénes somos en realidad y quiénes podemos llegar a ser.
"Te daría el mundo" de Jandy Nelson, por otra parte, toca temáticas un poco parecidas: hermanos mellizos, Jude ahora es popular y hace locuras para olvidarse de la muerte de su madre; por otra parte, Noah, quien es ignorado por ella, está cada vez más recluido e interesado en el chico que se muda a una de las casas de su calle. Ambos van a tener que luchar con lo que tienen dentro y descubrir quiénes fueron, son y serán en realidad.
Y aquí termina la entrada, damas y caballeros. Espero que les haya gustado, y si no es así hagan como que sí para que me ponga contenta (?). El último libro me da el pie para el año que viene, si es que un meteorito no nos mató, como suelen anunciar todos los años: empiezo con el amor a (y entre) la familia, que, aunque no lo puse acá, es uno de los más, más, más importantes en mi vida.
¿Cómo festejan San Valentín ustedes? ¿Con sus peor-es-nada? ¿Con libros? ¿Llorando a moco tendido comiendo Mantecol y viendo películas a lo Legalmente rubia? ¿Qué libros agregarían a estas categorías?