Me haces una pregunta algo complicada de responder, porque la gente lee lo que quiere leer y no lo que se escribe.
A ver, creo que los seres humanos no tenemos límites en bondad o maldad. Cualquier grupo humano es capaz de hacer cualquier atrocidad, pero una cosa es que lo hagan y otra cosa es que lo hagan por pertenecer a ese grupo, o sea, porque ese grupo humano tenga normas o creencias que impulsen a semejantes crímenes. Los ejemplos, sencillos: un grupo de judíos pudo matar a este niño, pero si lo hicieron no fue porque el judaísmo lo ordene. Hay unos curas pederastas, pero no porque la Iglesia lo ordene, como musulmanes terroristas, o protestantes del KKK. Muchos historiadores han demostrado que el "libelo de sangre" es una calumnia sobre los judíos, que expliqué más detenidamente en el artículo sobre San Simón de Trento (24 de marzo). Pero que la acusación global sea infundada, eso no hace del todo imposible que alguno lo hiciera verdaderamente. También han demostrado otros cuanto colaboraron algunos judíos con el régimen de Hitler o con el antisemitismo de la Unión Soviética, a cuenta propia. Y pasando a Werner y lo que sabe de él:
San Werner de Oberwesel, niño mártir. 19 de abril.
Werner fue un adolescente, jornalero de unas viñas pertenecientes a unos judíos, que el Jueves Santo de 1287, fue encontrado asesinado (abierto en canal, desangrado y colgado cabeza abajo en un árbol) en un campo cerca de Bacharach, Alemania. No se halló el autor, por lo que se creyó que tendría el crimen tenía motivos ocultos y rituales, y de ahí a pensar que habían sido los judíos no hubo más que un paso. Era una época propicia a esto, los casos de San Guillermo de Norwich (25 de marzo), o San Rodolfo de Berna (17 de abril) eran conocidos y se concluyó que era el mismo caso: asesinato ritual por manos judías. Lamentablemente, esto se tradujo en una persecución popular contra los judíos (que, dicho todo, continuó durante la reforma y el establecimiento del protestantismo) mientras que Werner fue considerado mártir y santo, puesto que habría padecido como Jesús.
Se desató una persecución que alcanzó a varios judíos, que fueron asesinados. El rey Rodolfo I, convencido de la falsedad de la acusación, puso una multa a los asesinos de los judíos y ordenó quemar y desaparecer el cuerpo de Werner para evitar una veneración. Las reales instrucciones no fueron seguidas, y por el contrario se inició el culto a Werner como mártir. El cadáver del niño fue enterrado solemnemente en la capilla de San Cuniberto de la catedral de Bacharach, que cambió la advocación capilla de San Werner. Asimismo se construyó una pequeña capillita conmemorativa en el sitio del hallazgo del cuerpo.
Ruinas de la iglesia
de Bacharach
Aunque la iglesia de Bacharach fue destruida y las reliquias desaparecidas en 1689 por los franceses, la fiesta de Werner se celebró en la Diócesis de Trier hasta 1963, cuando la diócesis eliminó la fiesta de su calendario propio. Sin embargo, todavía aparece "San Werner de Oberwesel" en el santoral alemán y la capilla consagrada él junto al Rihn fue restaurada en el año 2001. En las bellas ruinas góticas de la iglesia de Bacharach se colocó una placa con una oración de Juan XXIII y un texto aclaratorio y de reconciliación que zanjara el asunto. Aún así las imágenes de San Werner abundan y su veneración por parte de gremios y asociaciones continúa. Se le representa con aperos de labranza, racimos de uva y una daga, arma del “martirio”. Es patrono de bodegueros y de los viticultores en Reno, Alvernia y Borgoña.
Fuente:
-“Martyrdom, Murder, and Magic: Child Saints and Their Cults in Medieval Europe. PATRICIA HEALY WASYLIW. New York. 2008.